Nació para torcer el brazo al dólar paralelo, o negro, o como quiera llamarse, pero el resultado fue diferente. El dólar del Sistema Marginal de Divisas (Simadi), un mecanismo cambiario de libre flotación, infló al “innombrable” con un precio más allá de lo racional y debilitó el bolívar, en parte a que el Estado no ofertó dólares suficientes al menos en el primer mes de su entrada en vigencia.
El bolívar se devaluado al menos un 10,2 por ciento desde que entró en funcionamiento cuando inició con una tasa de 170,03 bolívares.
Aparte del Simadi, en Venezuela rigen una tasa de cambio preferencial de 6,30 bolívares por dólar, la más fuerte, y otra para importaciones, llamada Sicad (Sistema Complementario de Administración de Divisas), que se prevé inicie en 12 bolívares por dólar, pero puede ir subiendo de forma progresiva.
Analistas señalan que la oferta en el sistema ha sido insuficiente, lo que ha presionado al alza al tipo de cambio paralelo, y en consecuencia, ha disparado las distorsiones.
“Ninguno de los tipos de cambio en Venezuela tiene algún fundamento económico (…) el Simadi arrancó a nivel del paralelo, pero se han dado muy pocas transacciones”, dijo DINERO el economista de Barclays Alejandro Grisanti.
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PUBLICADO: 07 de abril de 2015