Pirelli opera a solo 7% de su capacidad instalada y, desde hace dos años, no produce cauchos para motocicletas. La materia prima llega con retraso y tiene problemas de flujo de caja para cubrir sus costos básicos. El gobierno le ha puesto el ojo, lo que incrementa su riesgo operacional.
Al final, Pirelli no se suma a la lista de empresas que dejan definitivamente el mercado venezolano, sino que, con retraso y después de un día de gran incertdumbre para sus trabajadores, la empresa notificó a la Inspectoría del Trabajo del Municipio Guacara, estado Carabobo, que entró en una paralización de actividades por un lapso de 10 días por falta de materia prima.
Según la comunicación de la empresa, dirigida al inspector del trabajo Mario Gil Rodríguez, la planta está cerrada hasta el próximo 7 de septiembre, debido al "retardo en el proceso de embarque y llegada a puerto venezolano, de un conjunto de materia prima requerida" para la producción de neumáticos.
El administrador único de Pirelli, Elton Vandak Maia, indica que la importación de materia prima se paga con recursos propios provenientes de la exportación de una parte de su producción, "ya que no contamos con fuente de divisas ni financiamiento externo".
Además precisa que hay un retraso continuado en la llegada de materia prima, ya que el arribo del buque transportador solo se registra una vez en períodos que oscilan entre 15 y 21 días.
Así justificó Pirelli una "parada técnica" que no notificó previamente a sus trabajadores, quienes se encontraron, este lunes 27, las puertas de la empresa cerradas, lo que desencadenó una jornada de protesta.
Para evitar una posible intervención gubernamental, los directivos de la empresa fabricante de cauchos se reunió con los representantes sindicales y funcionarios del gobierno. En este encuentro se acordó que los trabajadores podrán tener acceso a las instalaciones de la empresa, pero no a la planta. También deberán cumplir horario.
Según declaraciones dadas a medios locales por el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Pirelli, Luis Alberto Álvarez, los voceros de la empresa ratificaron que no habrá servicios de transporte y comedor, porque los directivos sostienen que la compañía no cuenta con el flujo de caja necesario.
Las autoridades gubernamentales anunciaron que someterán a Pirelli a un proceso de inspección para asegurar que se están respetando los derechos de los trabajadores.
Así las cosas, si bien la incertidumbre para los 1.000 trabajadores vinculados a la planta cesó, debido a que tienen la garantía de que mantienen su fuente de empleo, la empresa sigue manifestando que tiene graves dificultades.
Pirelli opera como la gran mayoría de las transnacionales en Venezuela, básicamente con su propio flujo de caja y endeudamiento local, pues no recibe respaldo financiero de su casa matriz de origen chino.
Esta es la única planta que la fabricante de cauchos tiene en el país. En declaraciones a diversos medios, Luis Alberto Álvarez, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Pirelli, destacó que la parada técnica afecta a 704 trabajadores sindicalizados, más de 180 empleados y otro centenar de trabajadores tercerizados, aparte de los aproximadamente 4.000 empleos que genera la red de 270 distribuidores que tiene la corporación a escala nacional.
El dirigente gremial reconoció que la planta estaba en vías de paralizarse por falta de materia prima y, aunque la empresa no había informado al sindicato sobre si podía pagar o no, el nuevo salario mínimo, sí decidió suspender los servicios de comedor y transporte, por falta de flujo de caja para cubrirlos.
A solo 7% de capacidad
El mismo dirigente sindical reconoció la crisis productiva que atraviesa Pirelli, al reportar que en los primeros siete meses de 2018, la planta solo logró producir 51.953 unidades, apenas 7,4% de la capacidad instalada de la planta, estimada en 700.000 neumáticos por año. La producción diaria ha descendido desde 4.500 o 5.000 cauchos hasta 700 o 900; es decir una caída superior a 80%.
Álvarez advirtió que un cierre definitivo de la planta de Pirelli tendrá un efecto grave en el sector transporte, ya que esta planta es una de las mayores productoras locales de cauchos para busetas y la única que abastecer con producción local el mercado de motos. Ambas líneas tienen más de dos años cerradas.
El representantes laboral expresó que 90% de la materia prima que utiliza Pirelli es importada, fundamentalmente desde Brasil, ya que los proveedores locales también están enfrentando situaciones de precariedad, cuando no de colapso, como el caso de las empresas de la CVG.
Supuestamente, existe un acuerdo según el cual 27% de la producción de la empresa cauchera va a Brasil, a cambio de materia prima, pero estos envíos satisfacen menos de 10% de los requerimientos reales para normalizar la producción a niveles de un mercado severamente contraído, pues según fuentes de la industria automotriz, en 2017, la demanda de cauchos cayó 62%.
Sin embargo, los trabajadores exigen la reapertura inmediata de la empresa, ya que temen que este cierre sea definitivo y no temporal, como ha ocurrido en otras ocasiones cuando la planta ha debido paralizar actividades por falta de materia prima y ahorro de costos.
Los trabajadores señalan que es posible que el gobierno termine con el control de las operaciones, lo que también es una fuente de incertidumbre.
Luis Alberto Álvarez denunció que la empresa venía incumpliendo diversas cláusulas de la contratación colectiva, pero reconoció que los salarios, aunque gravemente insuficientes, superaban los niveles del ingreso mínimo legal, por lo que, en las nuevas condiciones, tendrían que llegar a una medida 3150 bolívares soberanos.
En evaluación
Una fuente internacional de la empresa indicó a PRODUCTO que la operación en Venezuela tiene más de un año en proceso de evaluación, debido a los múltiples problemas operativos, regulatorios y financieros que enfrenta; sin embargo, no aportó ninguna conclusión concreta sobre el destino de la única planta de la multinacional en el país.
Desde 2015, Pirelli, una marca de origen italiano, es propiedad de China National Chemical Corp (ChemChina), que pagó 7.700 millones de dólares por las operaciones de la manufacturera italiana y la convirtió en filial del grupo estatal asiático.
PUBLICADO: 28 de agosto de 2018