Desde la fiscalización de cadenas de electrodomésticos, ropa, ferretería y otros ramos a finales de 2013, por supuesta especulación –según el gobierno nacional-, el abastecimiento en los anaqueles quedó a la deriva. Los comercios bajaron sus precios ante la “ofensiva económica” del Ejecutivo, y esto propició altas ventas que dejaron los locales prácticamente vacíos en diciembre.
Luego de este proceso, según el economista Luis Oliveros, el indicador de escasez medido por el Banco Central de Venezuela pasó de 22,2% a 28% en enero. Y es que para nadie es secreto que la dificultad en el acceso a las divisas, ahora a tasa Sicad, restringido pro rubros y cambiante cada semana, ha impedido la reposición de inventarios. Además, la contracción de las importaciones privadas se ha convertido en otro punto en contra de los comerciantes.
Alarma y zozobra
Hasta la fecha, al menos 18 sectores económicos fueron fiscalizados por el gobierno nacional, el cual se comprometió a una revisión pronta y oportuna de sus actividades para la reposición de los productos. Este apoyo no se ha dado.
Los economistas coinciden en que la mayoría de los empresarios se encuentran pendientes de las subastas estatales para intentar renovar sus stocks, en tanto que otros claman la liquidación de solicitudes de divisas pendientes con más de 150 días, como el caso de La Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores (Favenpa), o el diario El Nacional. Ambos cuentan con la aprobación, pero aún no tienen efectivos los dólares para la importación.
Sin embargo, hay fabricantes, importadores y proveedores que sostienen que se les terminarán los insumos en marzo, cuando prevén que se profundizará la escasez. En este contexto, hay quienes apuestan por el cierre definitivo; otros reducen su personal mientras esperan por la llegada de nuevos productos.
Contingencias
En lo que respecta a las tiendas que operan en los centros comerciales, los dueños y gerentes comenzaron el año adecuando sus horarios a las realidades de sus negocios, especialmente las cadenas de ropa, calzado y electrónica, las más vacías ante la falta de insumos a la venta.
Una de las primeras medidas que se ha replicado en este tipo de comercios es la reducción de dos o tres horas en la jornada diaria. Algunos, incluso, no abren al público los días domingo y lunes. Los más extremos aplican ambas modalidades.
Lo cierto es que, Alfredo Cohen, presidente de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), aseguró que los centros comerciales mantienen sus horarios habituales de apertura al público, pese a las circunstancias: "Le hemos dado la libertad a cada comerciante para que opere según sus necesidades".
Por su parte, Claudia Itriago, directora ejecutiva del gremio, manifestó que los miembros de Cavececo están interesados en reunirse con el Ejecutivo Nacional y participar en las mesas de trabajo, a fin de discutir la Ley de Arrendamientos Comerciales, otro de los factores en contra en la futura facturación de los comerciantes.
Al final, para cualquier negocio, las respuestas gubernamentales apuntan a una recuperación paulatina y abastecimiento de los inventarios, pero el evidente entorno contradice el futuro de las empresas en el país. En todo caso, el comercio, formal e informal funciona a media máquina y no se vislumbra un cambio inmediato de esta realidad.
MCB
PUBLICADO: 27 de febrero de 2014