La Clínica Sanitas de Santa Paula es la primera en el país en incorporar una lavandería de barrera sanitaria, gracias a un convenio con Quick Press. Se trata de un modelo de gestión de la ropa de hospital que ya es de carácter obligatorio en la Unión Europea. En Argentina su implementación tiene rango de ley, mientras que en otros países de la región se desarrollan legislaciones similares.
El modelo consiste en el tratamiento del textil que se utiliza en clínicas y hospitales como presunto agente infeccioso, ya que ha estado en contacto con microbios, gérmenes y pacientes enfermos. “Se trata de una cuestión de salud pública ya que si no se le da el tratamiento adecuado, se está generando un caldo de cultivo para que las infecciones se multipliquen”, comenta José Gabriel de Martín, director general de Quick-Press.
Explica que la empresa viene trabajando desde hace 5 años en el desarrollo del modelo para su puesta en marcha en Venezuela. “Le propusimos el proyecto (a Sanitas) y nos eligieron como proveedor local. No es solo la maquinaria, les ofrecemos el saber hacer y saber operar”.
Inversión retornable
El costo para la constitución del proyecto fue de 400 mil dólares. “Si hablamos de números, cuesta lo mismo que
un sistema de lavandería convencional. Lo que lo diferencia es que no hay posibilidad de contacto entre la ropa sucia y la ropa limpia”, señala el director de la red de franquicias. Añade que a la larga se puede transformar en una reducción en las demandas a clínicas y hospitales por las infecciones contraídas por pacientes durante su estadía en el recinto “que son muchas”, dice.
El proyecto de construcción de la nueva clínica de Sanitas en Valencia contempla la instalación de la segunda lavandería de este tipo en el país y la red espera implementarla progresivamente en otras sedes. “Tambien estamos en conversaciones con otras clínicas que se han mostrado interesadas”.
Sin embargo, una mayor penetración del nuevo modelo de gestión de textiles en hospitales depende directamente de la obtención de los certificados de no producción nacional y la liquidación de divisas por parte del Cencoex. “Si nos vamos al Sicad II sería inviable emprender un proyecto de este tipo en el país. No recibimos divisas desde finales de 2012, pero estamos acostumbrados a respetar las leyes y a trabajar con lo que tenemos”, concluye.
PUBLICADO: 09 de abril de 2014