Trepar en la Bolsa de Valores es lo que dio sentido a la “fuga” de Venezuela del fabricante de las famosas marcas Scott, Huggies, Kleenex, Kotex y Plenitud. El Gobienro se hizo cargo de la fábrica. Pero aun no hay información sobre que productos están haciendo, como se llaman y donde se venden.
Un mes después de la toma de las instalaciones de la empresa norteamericana Kimberley Clark por parte del Gobierno –toda vez que la compañía decidió cerrar operaciones en Venezuela y liquidó legalmente a todos sus trabajadores—no se ha divulgado oficialmente si ya están en el mercado los productos fabricados en esa planta, ubicada en La Hamaca, Maracay, que el ministro del Trabajo Oswaldo Vera puso en marcha con bombos y platillos con transmisión en vivo de VTV. Y para la cual de inmediato el presidente Maduro aprobó a través del Fonden 22 millones de dólares para materias primas y 700 millones de bolívares para gastos operativos y pago de salarios de la nueva razón social que se supone maneja ahora el negocio. Y que por cierto no se informó si es una cooperativa o una empresa estatal lisa y llana.
Curiosamente, el propio ministro dijo literalmente que ponía “en marcha Kimberley Clark”, nombrando a la empresa que ya no está en Venezuela y que, por lo mismo, obviamente no debería tener ya ese nombre, como debe suponerse igualmente que “la nueva administración” no podría producir las marcas mundialmente registradas Huggies (pañales) Kleenex (pañuelos), Plenitud (tampones), Kotex (toallas sanitarias) o Scott (papel higiénico). La capacidad instalada, que no funcionaba porque el Gobierno no le facilitaba a Kimberley Clark las divisas necesarias, da para producir mensualmente 33 millones de rollos de papel higiénico, 27 millones de protectores femeninos, 25 millones de pañales y 18 millones de toallas sanitarias. Al tomar la planta el Gobierno anunció que incluso exportaría 20 % de lo fabricado.
Lo que ha llamado la atención es que Kimberley Clark tomase la decisión e abandonar sus instalaciones en lugar de intentar venderlas. Peor un dato revelador le da sentido a la “huida”. A las 24 horas de haber anunciado su retiro de Venezuela, las acciones de Kimberley Clark treparon en la Bolsa de Nueva York nada menos que 7 % (la previsión era subir 3 %). Así sería el “peso muerto” que representaba la crisis venezolana para este líder mundial en todas sus categorías de productos.
PUBLICADO: 11 de agosto de 2016