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Instalaciones petroleras del país bajo el ataque de piratas y atracadores

La escasez de piezas de repuesto o el repunte en los robos ha hecho que algunos pozos petroleros operen a capacidad parcial o se paralicen, reseña un reporte de la agencia Reuters hecho tras consultar a 40 fuentes de distrintos sectores en el país.

“Los buscadores de chatarra son incontrolables”, dijo el teniente de la Guardia Nacional Lenin Oscan, quien ayuda a supervisar la seguridad en la refinería Amuay, En Falcón.

“Cualquier día podrían cometer un daño irreparable a la refinería”, agregó Osuna.

El informe anual de 2014 del Ministerio del Petróleo reconoció el problema, pero no dio detalles. “Una alta frecuencia de eventos vinculados a la inseguridad en los campos de petróleo ha afectado la continuidad operativa en la generación y el mantenimiento debido al robo y la pérdida de los componentes de los equipos, materiales y bienes de consumo”.

Sin embargo, ni Pdvsa ni el ministerio respondieron a las solicitudes para más información.

Las pandillas, incluyendo aquellos que han merodeado por años las aguas del Lago de Maracaibo, son atraídos por la valiosa infraestructura petrolera a medida que la crisis económica de Venezuela convierte las herramientas, equipos y maquinaria en bienes raros y codiciados.

“Los trabajadores contratados para ser perforadores terminan como bandidos que matan o roban equipos”, dijo Américo De Grazia, diputado a la Asamblea Nacional de la oposición.

“Están convirtiendo la industria petrolera en una tierra de nadie, donde nadie puede inculcar el orden”, añadió.

“Estamos tratando de aumentar la seguridad,” dijo a Reuters el presidente de Pdvsa, Eulogio Del Pino, en abril durante un viaje de medios de comunicación por la Faja del Orinoco, en el sureste del país. Agregó que el problema era mucho más grave en la vecina Colombia, por ejemplo, donde las guerrillas con frecuencia explotan oleoductos.

Ataques sistemáticos

Los “piratas” del Lago de Maracaibo se centran en los cables y los dispositivos que controlan la inyección de gas, de acuerdo con varios empleados de Pdvsa que hablaron bajo condición de anonimato. Pequeños grupos de hombres armados en los barcos suelen llegar hasta una plataforma petrolífera por la noche y retienen a los trabajadores, robando de todo, desde microondas hasta carteras y maquinaria.

Estas operaciones en ocasiones obligan a parar la actividad en los pozos. La escasez de barcos – debido a los motores robados y la falta de partes y repuestos- impiden una vigilancia mayor.

Los ladrones también se dirigen a la Faja del Orinoco. Allí las compañías petroleras extranjeras que operan las empresas mixtas junto a Pdvsa están presionando para una mayor seguridad y algunas ya han introducido sistemas de convoy, construyeron cercas, e impulsaron la vigilancia.

Del Pino dijo que la compañía está trabajando con el gobierno para declarar el Orinoco un área de la seguridad nacional.

Roban de todo

La seguridad de Amuay se duplicó en enero. Soldados disfrazados de trabajadores patrullan la refinería en todo momento y varios trabajadores están bajo investigación, dijo el teniente Osuna.

Los criminales irrumpen en Amuay diariamente, indican los líderes sindicales locales, a veces en motocicletas. Trabajadores del turno de la noche temen ser retenidos en su camino hacia el baño y se preocupan por sus carros tras una ola de robos en el estacionamiento de Amuay.

La seguridad también es estricta para los ejecutivos extranjeros que visitan Caracas, a veces incluyendo el uso de vehículos blindados o una prohibición de viajar por la noche, de acuerdo con los consultores de seguridad y fuentes de la industria petrolera.

Los “piratas” atacan las plataformas petroleras entre cinco y seis veces al mes, estima Francisco Luna, un maquinista en el Lago de Maracaibo y líder de la federación de trabajadores petroleros de Venezuela.

 


PUBLICADO: 25 de junio de 2015