Emilio Botín, que presidía el Banco Santander desde 1986, falleció anoche a los 79 años de edad como consecuencia de un ataque cardíaco en su domicilio de Madrid. Este miércoles se reunirán la comisión de nombramientos y retribuciones y el consejo de administración para designar al nuevo director del grupo financiero, según informó la entidad en un comunicado enviado hoy a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Entre los candidatos para ocupar el vacío que deja Botín en el mundo financiero, el sector sitúa a su hija mayor, Ana Patricia Botín, actual consejera delegada de la filial británica del Grupo Santander UK, como una de las personas con más posibilidades de asumir la presidencia de la compañía española.
Emilio Botín, heredero de una dinastía bancaría –su padre y su abuelo también se llamaban Emilio y ambos fueron presidentes de la entidad-, comenzó a dirigir el Banco Santander en 1986, de cuya expansión internacional fue artífice, con una amplia presencia en América Latina.
Egresó de la Universidad de Deusto como Licenciado en Derecho y Economía y desde muy joven, con apenas 24 años de edad, empezó a detentar cargos importantes en la institución financiera, primero como consejero, luego como director general y finalmente nombrado presidente, para suceder a su padre.
Su gestión estaba marcada por una expansión en el mercado internacional y una serie de fusiones y adquisiciones nacionales para alcanzar el liderazgo en sector. En los 90 lideró una serie de compras en América Latina, y transformó la imagen de la banca española con la compra de la institución crediticia británica Abbey National por más de US$14.500 millones.
En sus 28 años al frente de la entidad, Botín marcó un antes y un después en la forma de hacer banca en España. Hoy el Grupo Santander es la primera entidad en Latinoamérica, la segunda de Europa y la undécima del mundo con una capitalización bursátil superior a los 90.000 millones de euros.
La noticia inesperada, pues se desconocía alguna dolencia cardíaca, ha sido acogida con desagrado en el mundo empresarial, político, cultural y deportivo español, pues era reconocido por su compromiso y contribución al sector financiero, el apoyo a la cultura, la educación y al deporte en el país.
El presidente del Banco Santander cumplía su mandato al frente de la entidad en junio del próximo año, sin embargo, en sus planes no estaba una pronta jubilación. Durante su última rueda de prensa aseguró que estaría "todo el tiempo que hiciera falta" al frente de la entidad, mientras mantuviera el respaldo del consejo y de los accionistas.
Desde su tierra natal, donde serán enterrados los restos del banquero en las próximas horas, el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna lamenta la pérdida, quien ha asegurado que el fallecimiento de Botín deja a la capital de Cantabria "huérfana de una de las grandes figuras de su historia".
PUBLICADO: 10 de septiembre de 2014