Desde principios de 2014 el Estado Islámico (EI) parece llevar a cabo una campaña de comunicación mundial, no sólo para transmitir por todo el mundo las ideas que defiende y hacerlas atractivas e imitables; también para infundir terror.
El periodista Javier Lesaca, en el diario español El Mundo, sostiene que el objetivo del EI es convertir a miles de personas en seguidores de su movimiento, dirigiéndose a ellos directamente y ofreciéndoles la oportunidad de luchar por algo en lo que creer.
Lesaca cuantifica en 698 las campañas audiovisuales que el Estado Islámico ha lanzado desde el año pasado, lo que supone más de un vídeo diario. Esos datos lo situarían como el grupo terrorista más activo en propaganda de la historia.
Detrás de la campaña de comunicación estarían los principales estrategas del EI, e incluso cerca de 30 productoras audiovisuales que comparten estilo visual y una estrategia de distribución similares, entre las que destaca Raqqa, de Siria, que se ha encargado de casi 80 videos.
Algunas de las productoras están enfocadas en alcanzar a una audiencia global, pues no solo utilizan subtítulos, sino que algunos videos directamente se graban en idiomas como inglés, francés o ruso. El resto siguen una estrategia regional en los países en los que el EI cuenta con presencia: Iraq, Siria, Libia, Egipto, Afganistán, África Oriental, Yemen, Arabia Saudí y el Cáucaso ruso. La división de la estrategia forma parte de un principio básico del marketing: la segmentación de audiencias, elaborar contenidos adaptados a cada tipo de público. Eso supone una táctica sin precedentes en el terrorismo.
Otra de las novedades que destaca es la inclusión de referencias culturales en sus vídeos con el objetivo de conectar con un público global. De las 698 piezas del EI analizadas por El Mundo, en 20% se observa que están inspiradas en alguna película, videojuego o videoclip, especialmente en las en los que se ejecuta a algún rehén, con el objetivo de atraer a las masas, especialmente a los jóvenes que provienen de entornos desestructurados a los que puede atraer la violencia. Los videojuegos Call of Duty y Grand Theft Auto, la serie Homeland, la película V de Vendetta y las sagas como Saw o Matrix son algunos de los preferidos por los productores.
Las redes sociales también son un brazo que forma parte de las campañas. Cuando ven que un tema se convierte en trending topic, aprovechan para utilizar el hashtag y adaptarlo para difundir su mensaje.
Atrás quedaron los vídeos de Al Qaeda de principios de siglo en los que se transmitían las ejecuciones de una forma que no atraía a nadie y provocaban rechazo. Los vídeos de ahora siguen transmitiendo asesinatos, pero con un fondo cultural cuidado que intenta conectar emocionalmente con jóvenes de todo el mundo, una pericia única para una organización terrorista con las que se están ganando “mentes y corazones de miles de jóvenes hablando en su propio idioma audiovisual y en sus propios términos culturales”, sin tener que pasar por los medios tradicionales.
PUBLICADO: 13 de julio de 2015