El venezolano más universal que se mantiene vivo y trabajando sigue siendo noticia. El Maestro del arte cinético intervino los pasos peatonales de la zona más exclusiva de la capital del Perú guiando a los alumnos de su Escuela Nacional de Bellas Artes. El artista que suma 95 años de edad y una colorida e inagotable trayectoria de 40 años, se anota una obra más, probando que más que una espada, es la cultura venezolana lo que sigue caminando por América Latina.
María Alejandra Almenar / @Mariale_Almenar
95 años, casi un siglo de experiencia, conocimiento y color puede ser poco si se habla de una universidad, o de una tendencia artística, o de una institución cultural… pero si se trata de una sola persona que al mismo tiempo, representa todas las opciones anteriores, 95 años es toda una proeza.
Eso es el Maestro Cruz Diez. Una proeza del color. El artista cinético se mantiene vigente y da noticias para hablar de él siempre en positivo, y mejor aún, siempre en presente. Esta vez, su arte invade las calles de Perú en el marco del Art Lima 2018.
Sumando color a Lima
El distrito de San Isidro es una zona de un nivel socioeconómico alto, con el mayor índice de desarrollo humano de Lima. Es el centro financiero de la capital del país inca y fue el lugar escogido para ser intervenido por el Maestro Cruz Diez en compañía de los estudiantes de la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú.
En los alrededores del parque Combate de Abtao fue inaugurado el 19 de abril, la intervención que lleva por nombre “Color Aditivo Lima”, en la que el artista llenó de una explosión de color 10 pasos peatonales que podrán ser disfrutados por la comunidad durante seis meses.
40 y empezando
Carlos Cruz Diez suma cuarenta años de una brillante y prolífica trayectoria. Entre París y Panamá transcurren sus días que no pierden un ápice de venezolanidad. El año pasado, en medio de las terribles protestas sucedidas en Venezuela, el Maestro escribió una carta alentando a los jóvenes a crear en la crisis. Una filosofía que define muy bien al artista que todos admiran por sus obras.
La trayectoria de Cruz Diez ha acompañado distintas etapas de la historia del país y es fácil encontrar en su trabajo una metáfora de la evolución de nuestra idiosincrasia.
En los tempranos 90 sus colores llenaron varios pasos de la ciudad de Caracas que resplandecía en su mejor momento urbanístico. Más recientemente, su Cromointerferencia del Color Aditivo en el aeropuerto, se convirtió en el símbolo de la diáspora profesional y cultivada de los mejores venezolanos que huían de la dictadura.
Durante las horas más duras del 2017, su mensaje de optimismo ante la crisis, fue una bandera: “A mis 94 años, les digo con sinceridad que les ha tocado vivir una época extraordinaria porque todo está obsoleto y hay que inventarlo de nuevo, hay que inventar un nuevo lenguaje político que hable de democracia, de valores éticos, de libertad, progreso y justicia social, hay que inventar la educación y crear un país de emprendedores, artistas e inventores, un país digno y soberano en el contexto global, en fin, en Venezuela hay que inventarlo todo ¡Qué maravilla!”
Posteriormente, la misma obra que despidió a la primera ola migratoria, hizo lo propio con la segunda que en un acto de vandalismo la dañó quitándole algunas piezas para llevarse un recordatorio de la capacidad de destrucción de la belleza que puede tener un mal ciudadano, y ahora, desde Perú recuerda también la luz del venezolano talentoso que impacta los lugares a donde llega.
Los migrantes venezolanos en Perú tienen un lugar en San Isidro qué visitar para recordar lo mejor de su gentilicio.
PRODUCTO tuvo la fortuna de contar con una obra hecha por el Maestro como portada de la edición 33 Aniversario. Compartimos pues esa edición que hoy puede ser disfrutada online (ver edición)
PUBLICADO: 24 de abril de 2018