Coca-Cola Femsa emitió un comunicado donde denuncia que dirigentes sindicales han paralizado ilegalmente la actividad de varias de sus plantas y, en el caso del estado Zulia, incluso han llegado a destruir activos productivos, a pesar de que la compañía dice haber otorgado voluntariamente ocho aumentos salariales en lo que va de año a sus empleados y obreros de la región, lo que implica un incremento consolidado de 44.000%.
La situación más grave parece ser la de la operación en Zulia, donde el sindicato se ha radicalizado, aunque el comunicado de Coca-Cola no aporta detalles concretos sobre los daños causados a su infraestructura, ni sobre las pérdidas que pudieron causar. Simplemente, se limita a advertir que esta situación de conflicto "reta la capacidad de la empresa de permanecer operativa en el país".
Como se informó recientemente, la empresa (Ver PRODUCTO: Coca-Cola Femsa busca acuerdo para recortar 40% de su nómina en Venezuela) presentó a la representación sindical y al Ministerio del Trabajo un plan de "adecuación productiva" que, supuestamente, implicaría una reducción de 40% de su nómina. Al parecer, esta iniciativa ha originado conflictos con algunos representantes laborales.
En su comunicado, Coca-Cola Femsa señala que "acudió por ante las autoridades competentes con una estrategia de negocio integral y flexible orientada a lograr seguir operando y abasteciendo oportunamente el mercado. Esta reinvención de negocio, prevé posibles nuevas inversiones una vez se concrete la Adecuación Productiva de la organización como solución excepcional para la sostenibilidad de la empresa; tal y como le ha sido comunicado a los sindicatos y trabajadores del todo el país, con los cuales estamos sentados trabajando juntos semanalmente durante los últimos meses".
Según se pudo conocer, la propuesta es vista con hostilidad en el seno del gobierno y una fuente del despacho del Trabajo señaló que es analizada en "instancias superiores" para determinar el camino a tomar, pero las expectativas no apuntan a una postura comprensiva con la situación de la embotelladora.
La empresa denunció las "vías de hecho" tomadas en el estado Zulia por la representación laboral, el pasado lunes 15 de octubre. Al respecto, puntualiza: "Dañar los activos productivos de una compañía, es un hecho ilícito y repudiable, más aún cuando la organización está haciendo un esfuerzo –que debería ser compartido por todas las partes- para mantenerse operativa, por lo que nos reservamos el derecho de solicitar calificaciones de falta y realizar denuncias para el establecimiento de las responsabilidades legales correspondientes".
En este comunicado, la primera declaración oficial a raíz de la difusión de la existencia de una propuesta de adecuación operacional, Coca-Cola Femsa no hace referencia a despidos, pero sí reconoce que deben suprimirse algunas obligaciones laborales, en función de mantener la actividad con la mayor sanidad financiera posible.
"La compañía plantea la revisión de menos de 1/3 de los beneficios socioeconómicos no relacionados con la prestación del servicio, que en momentos de austeridad nacional, es necesario sean suspendidos en beneficio de la protección de la fuente de empleo, tales como la provisión de productos de higiene, festividades, dotación de electrodomésticos, etc.; que la compañía prefiere centrarse en el fortalecimiento del ingreso familiar y mantenimiento de beneficios inherentes a la prestación del servicio y que están dirigidos a la protección del trabajador y su familia tales como uniformes, HCM, servicio médico y funerario, entre otros".
La embotelladora ratifica su compromiso de permanecer en Venezuela y señala que ha acompañado a sus trabajadores en un momento crítico.
A continuación, el texto íntegro del comunicado:
Así, Coca-Cola FEMSA de Venezuela acudió por ante las autoridades competentes con una estrategia de negocio integral y flexible orientada a lograr seguir operando y abasteciendo oportunamente el mercado. Esta reinvención de negocio, prevé posibles nuevas inversiones una vez se concrete la Adecuación Productiva de la organización como solución excepcional para la sostenibilidad de la empresa; tal y como le ha sido comunicado a los sindicatos y trabajadores del todo el país, con los cuales estamos sentados trabajando juntos semanalmente durante los últimos meses.
Vías de hecho
Proteger el interés supremo del trabajo y garantizar la actividad productiva de bienes y servicios, así como el derecho de los trabajadores es el objeto perseguido por la legislación laboral vigente. Es por ello, que vías de hecho como las que se vienen presentado en el estado Zulia desde el pasado lunes 15 de octubre, no sólo desnaturalizan el espíritu conciliatorio de obtener una solución concertada como la que actualmente cursa en presencia de las autoridades, sino que lejos de ello reta la capacidad de la empresa de permanecer operativa en el país.
Dañar los activos productivos de una compañía, es un hecho ilícito y repudiable, más aún cuando la organización está haciendo un esfuerzo –que debería ser compartido por todas las partes- para mantenerse operativa, por lo que nos reservamos el derecho de solicitar calificaciones de falta y realizar denuncias para el establecimiento de las responsabilidades legales correspondientes.
Lo que no dice el Sindicato del Zulia
En el caso del Zulia, adicional a lo previsto en la Convención Colectiva vigente y al incremento oficial realizado al salario mínimo nacional, Coca-Cola FEMSA de Venezuela ha otorgado voluntariamente -por liberalidades- ocho incrementos salariales en lo que va de año, que representan en total (sumando los 10 incrementos del año) un promedio de incremento de más de 44.000% que han recibido planta y centros de distribución en el estado Zulia.
Asimismo, la compañía plantea la revisión de menos de 1/3 de los beneficios socioeconómicos no relacionados con la prestación del servicio, que en momentos de austeridad nacional, es necesario sean suspendidos en beneficio de la protección de la fuente de empleo, tales como la provisión de productos de higiene, festividades, dotación de electrodomésticos, etc.; que la compañía prefiere centrarse en el fortalecimiento del ingreso familiar y mantenimiento de beneficios inherentes a la prestación del servicio y que están dirigidos a la protección del trabajador y su familia tales como uniformes, HCM, servicio médico y funerario, entre otros.
“Coca-Cola FEMSA de Venezuela siempre ha velado por el ingreso y desarrollo social de sus trabajadores. En estos momentos de difícil coyuntura país, los hemos venido acompañando de forma sensible. Muestra indudable de ello son los ocho incrementos voluntarios adicionales a lo previsto en la propia convención colectiva vigente en Zulia y que hemos cumplido 100 % a la fecha, pese a las adversidades” señaló Javier Riccobono, Director Comercial y Operativo de la compañía.
. Coca-Cola Femsa, S.A.B. de C.V. es el embotellador más grande del mundo por volumen de ventas.
EL "FALSO POSITIVO"
El método ya es suficientemente conocido. Coca-Cola Femsa va en camino de ser otra víctima más de los "falsos positivos" sindicales que monta cierta dirigencia laboral alineada que, en lugar de defender la fuente de empleo digno de sus representados, opta por defender los intereses del gobierno.
La historia es sabida, pero debe ser repetida. Se inicia con la creación de conflictos que induzcan a la paralización de la producción. Una vez que la empresa se ve acorralada y decide reducir su jornada para no cubrir costos innecesarios, viene la denuncia y el show.
Intervención temporal es el siguiente capítulo. El gobierno y sus aliados sindicales asumen el control estratégico de la empresa para tomar decisiones sobre precios, distribución, administración y nómina, aunque la compañía intervenida no está expropiada, todavía.
Si el conflicto escala, viene la ocupación. El caso más reciente es el de Smurfit Kappa, cuyas plantas y sedes administrativas han sido tomadas por la "clase obrera", mientras ya se sienten en el mercado las consecuencias de no tener material de embalaje.
No se puede dejar de notar el hecho de que Coca-Cola es una marca estadounidense emblemática, por lo que puede ser un verdadero "bocado de cardenal" para quienes aún se trasnochan con el "imperialismo yanky".
Lo cierto es que Coca-Cola Femsa decidió actuar distinto. En lugar de cerrar sus plantas, poner cartelitos en las puertas para anunciar la medida y depositar las prestaciones sociales y otros pasivos, de manera sorpresiva, en las cuentas de sus trabajadores, acudió a la Ley, se sometió al arbitrio de las instituciones, transparentó su compleja situación y optó por la conciliación, antes que por el cierre unilateral.
Pero para un gobierno que está en vías de causar una contracción del PIB de -27% en solo dos años, según cifras del Banco Mundial, qué importa si la gerencia de una empresa actúa de una manera u otra, si se ajusta a los mecanismos legales, o simplemente huye ante la comprobación de que no existe posibilidad de que los negocios mejoren en un plazo razonable.
No solo Coca-Cola Femsa, sino muchas compañías han hecho enormes sacrificios para mantenerse abiertas, para lo cual no solo han debido enfrentar las adversidades impuestas por el entorno económico; también han tenido que someterse a la arbitrariedad encubierta en normas de dudosa constitucionalidad y empastadas en vetustas soflamas de rancio marxismo.
Sin embargo, uno espera, quizás en vano, que esta historia repetida tenga un final diferente.
Por: Armando J. Pernía
PUBLICADO: 25 de octubre de 2018