A pesar de que el servicio eléctrico se ha restablecido parcialmente en Caracas y otras capitales del país, la situación se complica por las consecuencias de más de cuatro días en "blackout", ya que en la mayoría de las regiones no querdan reservas de agua, los hospitales públicos están colapsados y las clínicas privadas han comenzado a suspender servicios y la banca no funciona normalmente.
A la hora de escribir esta nota, Corpoelec estaba en proceso de resolver una compleja falla en cascada que afectó al sistema de generación de Guri y también abarcó a los sistemas de Caruachi y Macagua, una contingencia nunca antes vista en Venezuela en la infraestructura hidroeléctrica, cuyas consecuencias se agravan porque el parque termoeléctrico está operando una capacidad de entre 10% y 15% de capacidad.
A pesar de que el chavismo sostiene que incorporó más de 4.000 megavatios de generación termoeléctrica, durante la gestión del ex presidente Hugo Chávez, no se sabe dónde están o en qué condiciones quedaron, sobre todo si se toma en cuenta que la demanda eléctrica del país cayó de una media de 18.600 megavatios a 13.600 entre 2011 y 2018. Lo que sí está claro es que anunciaron inversiones de alrededor de USD 120.000 millones en el sistema eléctrico -más del doble de lo que costó la infraestructura de la antigua Electricidad de Caracas para el Área Metropolitana de la capital, y que operó por 112 años sin mayores contingencias-, las cuales parece que sirvieron para muy poco.
Igualmente, el ex ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, señala en un artículo sobre el blackout registrado en Venezuela que el gobierno en el que participó durante más de una década invirtió en plantas de generación distribuida para estaciones de bombeo de agua, hospitales públicos, sistemas de transporte, servicios de telecomunicaciones, aeropuertos y plantas de distribución de combustible, entre otras instalaciones estratégicas; no obstante, casi ninguna de estas instalaciones llegó a sorportar 30 horas de funcionamiento contínuo, salvo las empresas de telecomunicaciones privadas que mantuvieron un servicio irregular, pero que permitió una conectividad mínima.
Según el observatorio de Internet Netblocks.com, por efecto del blackout solo 2% del país se mantuvo conectado durante los días 7 y 8 de marzo, mientras que, para la noche del domingo 10, había una recuperación paulatina de la conectividad, hasta 28% del territorio.
Sin duda, los efectos más graves se están produciendo en el sector salud. El diputado José Manuel Olivares reportó 21 fallecimientos por falta de atención médica durante el apagón hasta las 9 de la noche del domingo 10 de marzo, los cuales se produjeron en el Hospital "Manuel Muñoz Tébar" en Monagas (15); "Miguel Pérez Carreño" (1); "J. M. de los Ríos" (de Niños), donde murió un neonato; Magallanes de Catia (2), Central de Maracay (1); y Universitario de Maracaibo (1).
Los profesionales de la medicina, indicó el diputado en su cuenta de Twitter, han hecho esfuerzos heróicos para prestar sus servicios, pero las condiciones son en extremo precarias. Varios centros de salud privados, como el Centro Médico de Caracas, decidió limitar su atención a pacientes especializados, mientras no exista certidumbre sobre la regularidad del suministro eléctrico, ya que una de las dos plantas propias se sobrecargó. Una situación similar se vive en varios centros del interior, a tal punto que en Barquisimeto, Portuguesa, Nueva Esparta, Monagas y Mérida, el funcionamiento de los centros privados es al mínimo disponible.
En cuanto a la Banca, las instituciones no están funcionando de manera normal, a pesar de que en distintos comercios los puntos de pago a batería funcionaban solo para ciertos bancos. En previsión de cualquier problema con el uso de medios de pago y ante el hecho de que el Metro de Caracas está paralizado por seguridad, y hay poca disponibilidad de combustible para el transporte superficial se decidió suspender las actividades laborales y docentes este lunes 11.
PUBLICADO: 11 de marzo de 2019