La historia del intento del gobierno de Venezuela por repatriar 14 toneladas de oro depositadas en el Banco de Inglaterra se está convirtiendo en una historia de terror para la administración de Nicolás Madurio. De acuerdo, con un reporte publicado en el Times de Londres, la entidad bancaria británica se niega a permitir la movilización del mineral.
Hasta ahora, la única traba que parecía existir para completar la operación era el pago del seguro para la carga, porque aprentemente el gobierno no cuenta con las divisas para hacerlo. La presunción que se manejó en diversos medios internacionales es que el oro no regresaría a Caracas, sino que sería depositado en Estambul, bajo la protección del gobierno turco, con el que el Ejecutivo venezolano mantiene un acuerdo para transformar y mercadear mineral aurífero nacional.
Estados Unidos decretó una sanción específica para impedir transacciones con oro venezolano, porque se entiende que ese mineral es producido en condiciones supuestamente ilícitas, con malas prácticas laborales y ambientales y que, además, estaría nutriendo presuntas redes de corrupción.
Según una información previa -Ver PRODUCTO: Gobierno intenta repatriar USD 550 millones en oro, pero no puede cubrir gastos de seguro-, representantes de la administración venezolana tenían dos meses haciendo las gestiones para movilizar el oro, pero la cuestión pasó a ser un asunto urgente, luego de la aplicación de las sanciones estadounidenses.
La versión del Times es que el Banco de Inglaterra decidió aplicar su protocolo de seguridad contra presunto lavado de dinero, por lo que el gobierno venezolano deberá presentar una declaración de intención sobre el uso que dará a estos activos.
Un funcionario citado por el rotativo londinense señala que “todavía están tratando de encontrar cobertura de seguro porque los costos son altos”. Aparentemente, de acuerdo con la noticia citada, el oro depositado en el Banco de Inglaterra está comprometido como colateral de varios préstamos internacionales solicitados por el gobierno de Venezuela, por lo que la entidad tendría la capacidad de no permitir su traslado sin las garantías adicionales de que los compromisos financieros serían cumplidos.
La situación de default selectivo en la que se mantiene Venezuela como resultado de su cada vez más profunda crisis de balanza de pagos, junto con las sanciones internacionales vigentes, parecen ser una pesada factura para que Venezuela haga operaciones de fondeo a escala internacional, incluso con recursos propios.
PUBLICADO: 09 de noviembre de 2018