El agua es la bebida conocida universalmente para calmar la sed y refrescarse; también es la base fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo humano, al punto que los expertos recomiendan tomar al menos dos litros diarios del preciado líquido. El agua dulce se transforma en agua potable mediante un proceso consistente en la eliminación de los sólidos suspendidos, decantación de los coloides y desinfecciónde organismos patógenos mediante la coagulación, el ablandamiento y la eliminación de hierro y manganeso, entre otros. El agua mineral, obtenida generalmente de minas, es rica – valga la redundancia– en minerales y otras sustancias a las que se les atribuye valor terapéutico, además posee un sabor que la mayoría de los paladares agradece.
La categoría de agua mineral embotellada entró en la lista de los productos regulados por la Superintendencia Nacional de Costos y Precios (SUNDECOP); sin embargo, más de 50 marcas nacionales y solo 3 internacionales compiten en este segmento. En cuanto a presentaciones, hay dos categorías: envases mayores a cinco litros y menores a esta cantidad. En el primer grupo se ubican los botellones de 18 litros, que son utilizados generalmente en el hogar y en oficinas.
El segundo segmento, es decir, presentaciones con menos de cinco litros, lo dominan dos grandes players: Minalba, de Empresas Polar y Nevada, de Coca Cola Venezuela; no obstante, otras compañías embotelladoras han ido ganado importantes espacios a lo largo del territorio nacional.
Luis Felipe Lea, gerente general de Minalba, explica que 87% del agua que consumen los venezolanos proviene del sistema público (hervida o filtrada) en primer lugar, o de la categoría mayores a 5 litros. Sólo 13% procede de agua en presentaciones de 5 litros o menos. “Minalba encabeza este último mercado. El liderazgo ha sido mantenido durante años gracias a la calidad en nuestros productos y al continuo proceso de innovación para ofrecer la mejor opción al consumidor. Es una marca fundamental dentro del portafolio de Pepsi Cola Venezuela, porque nos permite ofrecer una solución más integral a nuestros consumidores y clientes para cubrir sus necesidades”, asegura.
El ejecutivo recuerda que la categoría de agua mineral embotellada se encuentra sujeta a regulación de precios desde noviembre de 2011. “Desde ese entonces los costos de producción han venido aumentando de forma sostenida y el ajuste de precio otorgado no ha sido suficiente para cubrir el rezago. La sostenibilidad y el crecimiento de la industria requieren de un precio que estimule la producción y permita realizar las inversiones necesarias para poder ofrecer más productos a nuestros consumidores”.
Por su parte, el gerente de Mercadeo del Grupo Terepaima, Giuseppe Milito, relata que hace más de 80 años la empresa decidió competir en el sector, concentrando sus esfuerzos en el eje occidental del país, donde lidera con 70% de distribución del producto con las marcas La Mata y San Rafael, aunque este segmento solo representa 40% para la compañía que también distribuye, a nivel nacional, San Marco –agua mineral en envases desechables– y San Marco Blue –agua gasificada–. “Hemos tenido la posibilidad de ganar más espacios y de tener más presencia en el mercado, es decir más personas han tenido la oportunidad de probar nuestros productos”, acota.
Para todos los gustos. A pesar de ser un líquido con incalculables virtudes, a mediados de 2007 y siguiendo tendencias internacionales, las dos empresas líderes crearon la categoría aguas saborizadas, apuntando a un público joven de entre 16 y 30 años, que busca cuidar su alimentación y es socialmente activo. Todo ello para captar consumidores que antes pertenecían a la categoría gaseosas. Para ese momento el mercado de aguas con sabor apenas representaba 2% del segmento.
Empresas Polar se convirtió en la pionera con Minalba Flavor, que se presentó en la categoría con tres sabores: naranja, limón y toronja, en botellas de plástico transparente. Por su parte, Nevada se lanzó al ruedo con tres degustaciones: limón, toronja y flor de Jamaica, conservando la línea de su botella tradicional. Su principal elemento diferenciador es el color de la bebida según el sabor que se elija, verde claro, rosa y rojo intenso.
Para aquellos a quienes no les apetecen los sabores y prefieren las burbujas, también se ha abierto la oferta de estos productos. Polar tiene a Minalba Sparkling, ligeramente gasificada, sin sabor y presentada en envase de vidrio con tapa de rosca, que se asemeja mucho al envase de Perrier. Para algunos expertos catadores, esta es una de las mejores en su categoría y compite destacadamente con otras marcas afamadas internacionalmente. Representando a los productores locales están: el grupo Terepaima, con San Marco Blue, que se ofrece en una versión de vidrio color azul, y Aguas Montesano, que distribuye la marca Trevi en un envase de vidrio color verde.
De sabores y costos. PRODUCTO realizó un recorrido por las principales cadenas de venta de alimentos, bebidas y restaurantes y pudo confirmar que este mercado da para todo. En algunas licorerías se observaron envases de plástico transparentes sin ningún tipo de identificación, que son vendidos como agua mineral, aunque sin la garantía de saber si estos al menos cumplían con los estándares básicos de salubridad y calidad determinados por el Instituto Nacional de Aguas Rafael Rangel.
Más de 50 marcas nacionales como Los Alpes, Zenda, Cielo, Mi brisa, Minerva, Berritz, Clarita, El Castaño, Anaco, Luso, Minalba, Nevada, Carolina, Cristalina, Aqua, entre otras, están presentes en los anaqueles venezolanos. El precio oscila entre 11 y 30 bolívares la botella, según lo establecido por SUNDECOP. Las presentaciones varían entre 220 ml, que equivale a un vaso, hasta la de litro y medio. La presentación de 5 litros está prácticamente desaparecida de los estantes y los comerciantes ya no recuerdan desde cuando no la reciben.
Las saborizadas pasaron a formar parte de las estadísticas de productos que escasean, pues solo se ven en lugares muy puntuales y en determinados sabores. Para las gasificadas, el punto fuerte de distribución se ubica en restaurantes y supermercados. La mayoría de estas marcas concentra sus esfuerzos publicitarios en el punto de venta, que es donde se toma la decisión final de la compra.
Según los expertos en la materia, el agua goza de algunas particularidades que hacen la diferencia entre las marcas más famosas. En ciudades como New York o Francia se organizan constantemente catas del vital líquido entre las productoras más famosas del mundo, como Evian, Perrier, Fermarelle, San Pellegrino, etc. Hace dos años, comenzaron a organizarse en el país algunas en sitios muy puntuales, pero debido a la situación de las divisas, varias de las marcas internacionales han ido desapareciendo paulatinamente de los anaqueles.
Proyecciones 2015
El mercado se mantiene estático debido a las normas de regularización de costos que pesan sobre él, así que no es mucho lo que las empresas de este sector estiman cambiar para 2015. La mayoría concentra sus esfuerzos en reforzar los puntos finales de consumo. Allí, y en la distribución para alcanzar un mayor porcentaje de penetración de un mercado azotado por la escasez de materia prima (resinas, tapas, preformas, etiquetas, envases) y divisas, es donde se da la verdadera competencia de la categoría.
Líquido de lujo
A pesar de las adversidades económicas que atraviesa Venezuela, aún pueden conseguirse en el mercado algunas aguas importadas. Perrier, el agua gasificada más vendida del mundo, se exhibe con su tradicional botella verde de vidrio o plástico. Sus precios oscilan entre los 356 bolívares el litro hasta 756 bolívares el 4 pack (cuatro botellas de 250 ml).
Desde los valles italianos, San Pellegrino mineral o gasificada solo se deja ver en dos formatos: el 750 ml y 1 litro en botella de cristal. Rondan entre los 200 y 300 bolívares. La firma también italiana Uliveto se muestra como la más accesible del mercado. Su presentación es de 1 litro en envase de plástico verde y no pasa de 150 bolívares.
PUBLICADO: 25 de noviembre de 2014