En los primeros nueve meses del año se ensamblaron en el país 705 unidades, cuando una década atrás, el promedio anual de producción de la industria nacional era de 100.000 automóviles.
La situación del parque automotor es de crisis continuada y los actores que van quedando están analizando si es posible continuar en 2019. Ensambladoras como Ford y Toyota están trabajando a pedido con precios denominados en dólares y un cobro adicional por mano de obra que se paga en bolívares.
La industria de autopartes tampoco escapa a esta crisis, pues actualmente está trabajando a solo 16% de capacidad, porque no existe un suministro regular de materia prima y, además, la demanda interna se ha contraído 50%, debido a los altos precios de los repuestos que se consiguen.
Además, las importaciones de repuestos también están registrando una caída que, al cierre del año, se estima en un rango de entre 90% y 95%. El drama es que el sector automotriz viene arrastrando una crisis que ya lleva más de cinco años, y no se aprecia la existencia de un plan concreto que permita una reactivación en un plazo razonable.
Una fuente del sector dijo a PRODUCTO que no es posible ensamblar más de 1.500 vehículos al año en Venezuela en las condiciones actuales. la capacidad instalada existe y se puede recuperar con inversiones accesibles, pero las condiciones del mercado son precarias en extremo.
El mismo informante añadió que la caída de la industria automotriz tiene impactos muy graves para la sociedad, como la generación de una crisis en el transporte público, un importante envejecimiento del parque en circulación, una creciente demanda insatisfecha que implica afectación de calidad y vida, aparte de costos muy importantes para otros sectores, como los estacionamientos que están cargando con un volumen en constante aumento de carros literalmente abandonados por falta de repuestos.
En el sector se estima que, de continuar esta situación, 55% del parque automotor existente podría estar paralizado para el cierre del primer semestre del próximo año. La demanda de repuestos está cayendo a niveles superiores de 50%, porque la hiperinflación ha liquidado el poder de compra de la población.
Un mercado de "perreras"
La situación se puede hacer mucho más aguda en el transporte público. Omar Bautista, presidente de la Cámara Venezolana de Fabricantes de Autopartes (Favenpa), en una entrevista en Unión Radio ratificó la cifra de los transportistas organizados, quienes señalan que cerca de 80% de las unidades de transporte público presta un servicio parcial o está fuera de circulación.
El dirigente gremial manifestó que la crisis del transporte se ha hecho especialmente grave, por un problema estructural: 76% de los vehículos en circulación son particulares, mientras que solo 2% se destina a transporte colectivo.
El 92% de las unidades de transporte son minibuses y solo 8% de este parque está conformado por autobuses, lo que, en opinión de Bautista, limita el crecimiento de la oferta disponible.
Se pensaba que la instalación de una planta de ensamblaje de autobuses Yutong podría ayudar a mitigar los efectos del déficit de unidades, pero aparentemente de esa ensambladora no salieron más de 300 unidades, cuando se suponía que debía producir unas 7.000 por año.
Más de 50% de los autobuses chinos importados se encuentra inoperativo en verdaderos "cementerios" distribuidos por el país.
En consecuencia, lo único que cabe esperar es que este mercado sea, todavía más, servidos por camiones y otros vehículos que se improvisen. La informalización inducida del sector transporte está convirtiendo al sector en un mercado de "perreras", como se ha dado en llamar a los camiones que llevan pasajeros como ganado y en condiciones inseguras.
Las cifras
Según algunas voces de las ensambladoras que quedan en el país el parque automotor debería ubicarse actualmente en unas 6.200.000 de unidades, en condiciones normales; sin embargo, el país realmente con unos 4.100.000 vehículos, contando los que circulan y los que están inactivos.
Las cifras de ventas de vehículos son sumamente bajas y, en términos históricos, 2018 parece ser el peor año de la industria automotriz en Venezuela. Es posible que con dificultad se alcancen las 1.000 unidades ensambladas.
Según las cifras de Favenpa, entre enero y septiembre se ensamblaron 705 unidades, y se vendieron 1.084 vehículos. El inventario de carros disponibles se redujo en nueve meses desde 1.386 a 1.017 autos entre diciembre de 2017 y septiembre de 2018. Este es el tamaño del mercado.
En Venezuela solo están activas las marcas FCA Chrysler, que terminó el año pasado con un inventario de 71 vehículos - 26 Dodge Forza GNV y 45 Grand Cherokee- y no ha montado una sola unidad en lo que va de año; Ford, que tenía un inventario de 884 unidades al cierre del año pasado y reporta 85 automóviles ensamblados a septiembre.
La fabricante de camiones Mack solo tenía 10 camiones en stock en diciembre pasado y ensambló otros 10 hasta septiembre. Su inventario se redujo a cero, porque vendió todos sus camiones disponibles; y Toyota que inició el 2018 con un inventario de 431 unidades y acumuló la que es, por lejos, la mayor producción del sector, con 610 vehículos; 86,5% del total nacional.
Los modelos de Toyota son, en consecuencia, los más vendidos: La camioneta Hilux, con 296 unidades; la Fortuner, con 230 y el Corolla, modelo del cual se colocaron 130 vehículos.
En esta situación de mengua extrema del emsamblado nacional, la importación de vehículo, que también ha descendido, suma una oferta pequeña, pero que, en contexto, resulta relevante. Entre enero y septiembre se trajeron 639 vehículos.
La producción nacional de repuestos descendió 50% en los primeros nueve meses de 2018 frenta al mismo período de 2017; no obstante, en valor creció 324,4%, gracias al efecto de la hiperinflación. La industria de autopartes trabaja con un promedio de 16 días de inventario al mes, por lo que solo se puede satisfacer con producción nacional 8 días mensuales de demanda normal, en promedio.
PUBLICADO: 26 de octubre de 2018