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Julian Assange: ¿Adalid de la libertad de expresión o un showman?

Después de siete años refugiado en la Embajada de Ecuador en Gran Bretaña, doblemente protegido por un asilo diplomático y la concesión de la nacionalidad ecuatoriana, el comunicador digital australiano y fundador de WikiLeaks, Julian Assange, fue detenido por las autoridades británicas y ahora enfrenta la posibilidad de ser extraditado a Estados Unidos, donde podría ser juzgado por cargos de espionaje y violaciones a la seguridad.

Assange es un personaje polémico, pero se hizo célebre a escala global cuando su sitio de exclusivas divulgó un lote de informaciones clasificadas del gobierno estadounidense sobre sus operaciones bélicas en Afganistán e Irak, junto con comunicaciones que revelaban secretos de estado sobre el tratamiento de detenidos en la prisión de Guantánamo, Cuba, y comunicaciones privadas del Departamento de Estado, en una sucesión de publicaciones entre enero y mayo de 2010.

Por supuesto, las publicaciones sobre actuaciones que configuran presuntas violaciones al Derecho Internacional, de Derechos Humanos fundamentales y decisiones y opiniones cuestionables en materia de política exterior estadounidense generaron un escándalo global que convirtieron a Assange, para muchos, en un adalid contemporáneo del periodismo de investigación y la libertad de expresión.

Acusado de presunto abuso sexual en Suecia, caso que la justicia cerró en 2017, Assange obtuvo asilo diplomático del gobierno ecuatoriano, entonces presidido por Rafael Correa, con la activa intervención del gobierno ruso, lo que permitió que el periodista, actualmente con 47 años de edad, escapara de una detención en Londres y una eventual extradición a Estados Unidos, la cual constituía su verdadero temor.

Luego de su detención en Gran Bretaña, un Assange físicamente disminuido por el aislamiento y con una larga barba blanca, fue acusado por una corte londinense y condenado a detención preventiva por eludir la justicia en 2012. Casi de inmediato, fiscales en Estados Unidos activaron la acusación penal contra el fundador de WikiLeaks y pidieron a un tribunal federal que demandara la extradición.

Estados Unidos acusa de Assange de haber actuado con la complicidad de la ex analista de inteligencia estadounidense, Chealsea -antes Bradley- Manning, para extraer de manera irregular e ilícita 90.000 reportes sobre las actividades militares de Estados Unidos en Afganistán; 400.000 reportes del mismo tenor sobre la ocupación de Irak; 800 informes sobre el trato de presos en la Base estadounidense de Guantánamo; y 250.000 cables cifrados de comunicaciones del Departamento de Estado.

Después de una labor de limpieza y filtración, donde habría participado Manning, se procedió a la publicación del material más sensible y que, de acuerdo con el interdicto de los fiscales estadounidenses, configura un ataque claro a la seguridad nacional de Estados Unidos, en lo que se considera la filtración de información clasificada más grande de la historia del país norteamericano.

Las claves

La primera explicación para la no tan sorprendente detención de Julian Assange hay que buscarla en la política ecuatoriana, pues luego de la virulenta ruptura del presidente Lenín Moreno con su antecesor, Rafael Correa, la permanencia del periodista en la legación ecuatoriana en Londres comenzó a ser incierta.

Curiosamente, a pesar de que formalmente Assange ya no está vinculado a WikiLeaks, el sitio publicó la existencia de una cuenta en Panamá que tendría la familia de Moreno supuestamente dotada con dinero producto de actos de corrupción. 

Para la administración de Moreno, este hecho constituyó una violación de las condiciones de asilo y una "intromisión" en asuntos internos de Ecuador. Desde Correa hasta el último de los dirigentes que le siguen siendo leales, calificaron al actual mandatario del país suramericano como "el mayor traidor de la historia después de Judas".

Moreno fue leal vicepresidente de Correa y contó con su respaldo para la sucesión; sin embargo, muy rápidamente se distanció de las políticas de la llamada "revolución ciudadana" y llegó al extremo de acusar penalmente al ex mandatario, hoy exiliado en Europa, de presuntos actos de corrupción.

La otra clave para entender el proceso Assange es el enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos -que hoy tiene a Venezuela como un escenario estratégico-, ya que el gobierno de Vladimir Putin ha respaldado al comunicador digital sin esguinces y fue el artífice del asilo político en Ecuador, el cual contó con apoyo logístico y presuntamente financiero de los gobiernos del ex presidente Hugo Chávez, de Venezuela, y del todavía mandatario boliviano, Evo Morales.

Se espera que la justicia británica abra un juicio contra Assange; sin embargo, la extradición a Estados Unidos está condicionada a la no aplicación en su contra de la pena capital, a solicitud del gobierno ecuatoriano. Esta situación abre un debate legal que puede ser candente, porque ya Ecuador no sería parte del proceso, según la interpretación de los fiscales estadounidenses.

En el mejor de los casos, Assange enfrentaría una pena de cinco años de cárcel por el delito de conspiración en Estados Unidos; sin embargo, más que poner en prisión al fundador de WikiLeaks, el interés de la justicia norteamericana se centrará en demostrar sus presuntos vínculos con la Inteligencia rusa y sus organizaciones de "hackers", las cuales han sido acusadas de interferir en eventos medulares de la política estadounidense, como las elecciones que ganó el presidente Donald Trump.

¿Defensor de la libertad o showman?

En 2013, el director estadounidense Bill Condon estrenó un biopic sobre Julian Assange -quien tiene una breve carrera como director de documentales-, llamado "El Quinto Estado", donde básicamente explica la emergencia del fenómeno WikiLeaks y muestra a su protagionista como un ser narcisista, con pocos escrúpulos, pero guiado por la determinación de encontrar la verdad.

El retrato que hizo Condon es más o menos la imagen global que existe de Assange, quien se ve a sí mismo como una especie de "apóstol" de la libertad de expresión y la democracia radical, sin renunciar al espectáculo ni a la autopromoción descarada.

Su detención en Londres ha generado un verdadero escándalo global que ha puesto en aprietos al gobierno de Lenín Moreno en Ecuador y la lupa sobre la, ya vapuleada por el breixit, administración de Teresa May, quien deberá gestionar el posible impacto de una eventual extradición de Assange.

Estados Unidos espera obtener a una presa largamente apetecida, mientras Rusia TV, en todos los países donde emite, ha iniciado una campaña de agresiva condena de la detención de Assange, seguida por la progresiva condena de gobiernos de izquierda en el mundo entero.

En 2017, Julian Assange denunció a Estados Unidos por pretender convertir a Venezuela en "otro Irak", y se ha alineado de manera consecuente con los intereses rusos en política exterior.

 

 

 

Crónica detención de Assange
Reacción TV Rusa

PUBLICADO: 11 de abril de 2019