El presidente de la Junta Directiva de Banesco, Juan Carlos Escotet, tiene "la impresión" de que el gobierno "no tiene intenciones de estatizar la entidad". "No hemos recibido ofertas por el banco, ni las queremos escuchar. Después de 35 años de trabajo, Banesco no está en venta", enfatizó.
Calificó la medida de intervención "especial" por 90 días y su prórroga como un acto político, desproporcionado y sin basamento legal. Además, dijo que la resolución de la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) que mantiene la medida es "aviesa y con graves faltas a la verdad".
Escotet compareció antes los medios para poner en claro lo que ha pasado en Banesco durante estos casi 100 días, pues afirmó que no ha podido reunirse con el alto gobierno para exponer sus argumentos.
Considera que la vía para resolver la situación es el diálogo, a pesar de los serveros daños financieros y patrimoniales que la intervención ocasionó a Banesco.
"Tengo una actitud dialogante y humilde, y subrayo este término porque hay una ala radical en el alto gobierno que pretende hacer ver nuestra posición institucional como arrogante. Y no hay nada más fácil que hacer ver a un banquero como arrogante; pero no es así. Arrogante habría sido no dar la cara, no habre regresado al país para enfrentar la situación".
Aunque Banesco Venezuela, piedra seminal de un conglomerado financiero internacional, represente hoy menos de 1% del patromonio del holding, Escotet dijo que lo va a defender "como se defiende a un hijo".
Los impactos de la intervención
El primer efecto concreto de la intervención fue una salida masiva de depósitos, que ascendió a 21% de la cartera en solo cuatro días, lo que contrajo en 67% los excedentes de liquidez de Banesco.
Si se considera el tamaño de la institución, las dimensiones de esta "corrida" han debido poner en alerta a la Sudeban, pero el banco la controló con recursos propios, sin acudir a los mecanismos de compensación interbancaria o al auxilio del Banco Central de Venezuela, que son mecanismos previstos en la Ley.
"Esto demuestra nuestra solvencia patrimonial", destacó Escotet.
Además, este hecho pone en tela de juicio la intervención misma, porque de acuerdo con la norma, estos procedimientos se producen cuando las entidades tienen graves problemas de iliquidez o insolvencia, aparte de que suponen la remoción de la Junta Directiva y de todos los organismos de gobierno de la institución.
"El modelo de intervención aplicado a Banesco no está previsto bajo ninguna forma en la Ley. Lo primero que yo pregunté a la junta interventora fue si tomaban la administración de banco y me respondieron que no. Y así ha sido, nosotros seguimos manejando la entidad, con la limitación de que tenemos que informar de todo a los representantes del Ejecutivo, cosa que hemos hecho con transparencia y sin problemas".
Como el mercado entendió que la intervención no era una "toma", los depósitos comenzaron a recuperarse en mayo y la cartera cerró con un crecimiento de 397 billones de bolívares en el primer semestre.
Además como resultado de la intervención, Banesco perdió cuotas de mercado en tamaño del activo (-573% anualizado a junio); captaciones del público (-233% anualizado a junio) y patrimonio (-1320% anualizado a junio).
Solo se mantuvo la tendencia de crecimiento en la cartera de crédito, aunque con una desaceleración que permitió una expansión de 26% anualizado.
Grave posición externa
Un punto neurálgico para Escotet es la situación compleja que la intervención causó con los bancos corresponsales, las franquicias de tarjetas y organismos reguladores internacionales.
Explicó que, como es normal, al tener noticia de la intervención, los bancos corresponsales de Banesco iban a proceder a cerrar las cuentas de la institución, porque entendieron que había sido estatizada.
Como existen sanciones internacionales que prohiben operar con entidades financieras del Estado venezolano, la situación fue grave en extremo, por lo que hubo que incurrir en gastos legales internacionales para impedir el cierre de cuentas, aunque algunas entidades mantienen paralizadas las operaciones hasta que no cese la intervención.
"Ya eso es una victoria. Imagínense, que las franquicias de tarjetas hubiesen suspendido los contratos. Nosotros tenemos más de 6 millones de plásticos emitidos. Estamos haciendo un esfuerzo para enfrentar esto, pero cada vez tenemos menos márgen de maniobra, sobre todo ahora que la intervención ha sido prorrogada", asevera Escotet.
PUBLICADO: 10 de agosto de 2018