Todos los precios de la economía se han acelerado en los primeros días de enero. El dólar paralelo funciona como marcador, a tal punto que la paridad ha subido 51% en los primeros siete días del año para traspasar la barrera de los BsS 1.000 y con proyección a pasar de los BsS 1.800 al cierre de este mes.
Los precios de algunos alimentos han dado saltos de entre 60% y 80% en la primera semana de 2019, como los huevos, tomates, cebollas, pastas, harina de maíz, carnes -que siguen presentando un elevado nivel de escasez- arroz, granos, quesos y hortalizas, entre otros.
Comerciantes minoristas consultados por PRODUCTO indican que están esperando que los precios de alimentos se dupliquen en los próximos 15 días, porque esas son las señales que envían los mayoristas.
Los entrevistados, comerciantes de Caracas, manifestaron preocupación, porque están recibiendo cada vez menos productos. Un propietario de una panadería señaló que las existencias de harina dan para menos de un mes de operación normal, por lo que habrá nuevamente largas colas para comprar pan. Indicó que la situación se extiende por panaderías de la capital y otros estados del país, según los datos que corren en el sector.
Igualmente, se han reducido a menos de la mitad los suministros de quesos, embutidos, productos de aseo y cuidado personal, jugos, y cereales, entre otros, según las declaraciones de los detallistas consultados.
Demanda en alza
Según indica el economista Asdrúbal Oliveros, socio-director de Ecoanalítica, el alza acelerada del tipo de cambio paralelo puede obedecer a que PDVSA realizó pagos parciales a sus contratistas, lo que provocará un incremento importante de la demanda de dólares en el corto plazo. Después de todo, nadie se quiere quedar con los bolívares.
En cuanto al comercio, la expectativa de corto plazo está determinada por un posible incremento del ingreso mínimo que se produciría en los próximos días, quizás después de la toma de posesión del mandatario Nicolás Maduro este 10 de enero, aunque fuentes políticas hablan de que el Ejecutivo está preparando algunas medidas en el frente fiscal, como concretar el largamente esperado aumento de la gasolina.
Igualmente, ha llamado la atención de algunos analistas el incremento acelerado de la paridad Dicom, que se ubicó al cierre de la primera subasta del año en BsS 704,57. Este incremento es explicado como un mecanismo para estimular las exportaciones, hasta ahora sin mucho éxito. Otros especialistas se preguntan si la aceleración en el sistema Dicom sería el preludio de una modificación que flexibilice aún más el sistema cambiario controlado.
Esta posibilidad, señalan fuentes políticas, está abierta desde noviembre del año pasado, cuando se evidenció la escalada del Dicom, un mercado oficial que teóricamente es flotante, pero todo indica que el directorio del Banco Central manipula esa "flotación".
A LA CAZA DEL PARALELO
Desde hace tiempo está claro que Nicolás Maduro no tiene las manos del todo libres para definir la política económica. Hay una difícil cohabitación de sectores internos que tienen que ponerse de acuerdo para tomar decisiones; de ahí que se produzcan frecuentes idas y vueltas que generan un rumbo errático.
Aunque el Convenio Cambiario N° 1 establece lo que parecía un sistema cambiario más abierto, lo que ha ocurrido en la práctica es que el control no se ha movido. En lugar de procurar algo de estabilidad con medidas de mercado, Maduro ha recurrido a decisiones que refuerzan los controles.
Por ejemplo, el Banco Central de Venezuela ha recurrido a incrementos duros del encaje legal bancario para limitar la liquidez en bolívares en poder del público con el objetivo de intentar frenar la demanda de dólares. Sin embargo, esta medida ha creado una compleja situación de iliquidez en la Banca, cuyo termómetro es el incremento de las operaciones y tasas en el mercado overnight.
El aumento desproporcionado del encaje legal, además, ha frenado el incremento del crédito, que, aunque muy devaluado, debería mantenerse para intentar contener en algo la contracción de la economía.
Ahora, en el marco de la "emergencia económica", el gobierno decreta que las empresas que realicen operaciones en divisas, incluyendo al sector bancario, deben pagar los impuestos derivados de estas actividades en divisas o en criptomonedas, lo que golpea a la magra actividad exportadora que supuestamente se desea promover y a las importaciones, que son altamente necesarias.
Habrá que ver lo que pasa en los próximos días. La situación del país se hace cada vez más volátil.
PUBLICADO: 07 de enero de 2019