A finales de los años 70, existía una gran campaña que promocionaba los destinos turísticos españoles bajo el titulo “Spain is different”, desde entonces han transcurrido 25 años de democracia en los que las autonomías de ese país se desarrollaron con sus más y sus menos. En el caso catalán se invirtió a conciencia para fortalecer la cultura y el sentimiento nacionalista, incluyendo el sentimiento antiespañol que en las últimas semanas de campaña quedó tan de manifiesto. Sea cual fuera el resultado de las elecciones, el objetivo del presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, ya estaba logrado: La fractura había ocurrido y ya nada será igual.
El conteo final de los votos confirmó que más de la mitad de los votantes en las elecciones al parlamento catalán lo hicieron por grupos no independentistas, sin embargo la plataforma Junts pel si de Artur Mas resultó ser la más votada y ha totalizado 63 escaños.
El mapa político catalán muestra dos grandes bloques: por un lado Junst pel si, que reúne a los independentistas, y por el otro Ciudadans- un grupo de centro derecha que ha triplicado sus votos en comparación con las últimas elecciones-, que sumado al Partido Socialista Catalán y al maltratado Partido Popular nivelan la balanza.
Al día siguiente de las elecciones, la rentabilidad de los bonos emitidos por la Generalitat de Catalunya se disparaba 20 puntos por encima. Los analistas entienden que la gobernabilidad de Catalunya será compleja y muy difícil. El segundo capítulo de esta particular historia tendrá lugar en diciembre, con las elecciones generales, en las cuales se espera que el partido de Rajoy pierda la mayoría absoluta y por ende, tendrá que manejar el catalán con el apoyo de Ciudadans que posiblemente salga mejor parado en esas elecciones que el Partido Socialista.
En todo caso, ha sido un ejercicio democrático para aplaudir e imitar.
Mario Gil
Vicepresidente de Planificación
Grupo Editorial Producto
PUBLICADO: 28 de septiembre de 2015