Son seis piezas audiovisuales. De 30 y 42 segundos, a lo sumo. Seis videos diseñados en casa. Esto es: en la propia Confederación Venezolana de Industrias, que desde hace más de dos años ha denunciado la importación indiscriminada e ilegal de cualquier tipo de productos sin los permisos adecuados (ni quiera sanitarios) y sin la cancelación de aranceles e impuestos, lo que, ha advertido el gremio, le termina saliendo mucho “más caro al país”.
Solo que en vista de que las denuncias no han sido escuchadas por las autoridades gubernamentales y por ende no se han puesto los correctivos adecuados, Conindustria ha tomado la decisión de iniciar una campaña de concientización dirigida más bien a los consumidores.
“Compra venezolano”. Ese es el slogan de la campaña, diseñada para ser difundida en las redes sociales de la institución, que desde 1970 agrupa a las cámaras de los distintos sectores empresariales del país; y a través de la red social whatsapp para todos los agremiados.
“A mediados de 2020 comenzó la entrada al país de productos por la vía del contrabando”, dice Cecilia Castillo, presidenta ejecutiva de Conindustria. “Productos aparentemente iguales a los que se hacen en muchas empresas venezolanas, solo que, en vista de que entran por los llamados caminos verdes, no son sometidos a ningún tipo de control, por lo cual no están calificados como aptos para los consumidores”, agrega ella.
Alimentos. Bebidas. Zapatos. Detergentes. Cigarrillos. Y peor aún: hasta medicinas que además no pagan ningún tipo de aranceles o impuestos (iva, por ejemplo), y que entonces son distribuidos a precios inferiores a los producidos en el país.
“Son más baratos, es cierto. Pero, ¿quién asegura la salud de quien está comprando esa mercancía, muchas veces de dudosa proveniencia?”, pregunta Castillo, para quien el problema no es únicamente de salud pública. También del sector empresarial e industrial del país. “Porque es el sector empresarial e industrial el que produce aquí esos productos que van a dejar de venderse, es el sector industrial el que sí paga impuestos y aranceles, y el que produce empleo. Así que ¿cuánto cuesta un empleo”, repregunta la presidenta ejecutiva de Conindustria, quien
La primera pieza audiovisual, estrenada el 21 de febrero, muestra dos botellas, de vidrio o plástico y chapa color verde. Dos botellas que, tal como se advierte en el video, “se ven iguales, pero no son iguales”.
¿La razón? La campaña lo explica de forma senciclla: “Uno está hecho en Venezuela, con manos venezolanas, con trabajo venezolano”. Y más aún: “Solo uno tiene permisos sanitarios” y, por ende, “no tiene riesgos” para la salud”, “pagó impuestos y generó empleos para miles de venezolanos y sus familias”.
Para Cecilia Castillo la diferencia entre ambos productos está más que explicada en la campaña: “Solo uno está hecho con inversión nacional”. “El otro, sin inversión para el país”. Y así sucede con los demás productos, que están reflejados en las otras tres piezas publicadas y las que están por venir. Y concluye: “El contrabando se vende barato pero al país le sale caro”.
PUBLICADO: 24 de febrero de 2022