Los perdedores

En este artículo, el economista Asdrúbal Oliveros comenta sobre las “víctimas corporativas” de la pandemia, aquellas empresas que, según medios como el Financial Times, han sido hasta el momento las más desafortunadas: aerolíneas, cerveceras y parques temáticos son solo algunas de ellas.

Recientemente en el Financial Times apareció un artículo que hablaba de las "víctimas corporativas". Una tarea fundamental para los analistas en los próximos meses será mirar más allá del impacto inmediato de la pandemia de coronavirus y evaluar las perspectivas para los negocios y la economía una vez que el virus haya sido domesticado, si no derrotado.

Según el Financial Times, los desafortunados, pueden dividirse en cuatro campos:

Negocios donde el distanciamiento social es problemático.

• La industria pesada que se enfrenta a la caída de la demanda.
• Las empresas energéticas con la caída de la demanda y el exceso de oferta.
• Los grupos financieros afectados por la caída de las tasas de interés.
• Las aerolíneas, las empresas cerveceras y los operadores de parques temáticos están entre los perdedores de la primera categoría. La interrupción de los vuelos podría tener un impacto más prolongado en la industria que el propio virus, a medida que el mercado de los viajes de negocios se contrae y los consumidores se vuelven temerosos de aventurarse en el extranjero.

Las empresas de energía y de servicios financieros han sido las más afectadas en cuanto al rendimiento del mercado de valores. Las primeras han sufrido la caída de la demanda de petróleo, que se espera que haya disminuido en casi una quinta parte en el segundo trimestre. En el segundo grupo, se han incluido bancos, aseguradoras de vida y gestores de activos cuyos beneficios se han visto afectados por la caída de las tasas de interés y los rendimientos. Además, los bancos esperan oleadas de impagos de préstamos.

Muchas de las tendencias de los últimos meses, como el aumento del trabajo a distancia, no fueron iniciadas por el virus, sino simplemente aceleradas por él. La pregunta ahora es cuántos de estos cambios se convertirán en características permanentes del mundo post-pandémico. Y cómo serán las empresas. ¿Usted qué cree?