La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés) asegura que el impacto del Covid-19 en esa industria es devastador. “Unos $ 61 mil millones podrían desaparecer de las reservas de efectivo solo en el segundo trimestre”, afirmó su director general Alexandre de Juniac.
El impacto de Covid-19 en la industria del transporte aéreo continúa siendo devastador. La demanda mundial cayó 70% en comparación con 2019; 90% solo en Europa. Son datos dados a conocer por Alexandre de Juniac, director general y CEO de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), quien asegura que la industria “está quemando dinero en efectivo a una tasa peligrosa. Unos 61 mil millones de dólares podrían desaparecer de las reservas de efectivo solo en el segundo trimestre.”
De acuerdo con Juniac, cerca de 66 millones de empleos están vinculados a la aviación: aerolíneas, restaurantes, atracciones turísticas y hoteles, entre otros. “Estimamos que los trabajos de unos 25 millones de personas están en riesgo hasta que el sector de la aviación vuelva a funcionar. Esto equivale a toda la población de Australia, a toda la fuerza laboral de Italia y es mayor que la fuerza laboral de las principales naciones industrializadas, como España o Canadá. La escala del impacto económico es enorme”, advirtió.
A su juicio, los gobiernos deben proporcionar urgentemente ayuda financiera a las aerolíneas para asegurar la sobrevivencia como negocios viables. “Seguimos pidiendo a los gobiernos apoyo financiero directo; préstamos, garantías de préstamos y apoyo al mercado de bonos corporativos por parte del gobierno o los bancos centrales, y reducción de impuestos”, dijo Juniac.
Adelantó que algunos gobiernos están respondiendo, pero se mostró preocupado porque la ayuda no esté suficientemente disponible. “En promedio, las aerolíneas tienen dos meses de efectivo disponible. Y muchas ya están en la tercera semana de cierres importantes de sus negocios”, acotó.
Regreso incierto
Uno de los desafíos que se plantea la IATA es el reinicio físico, una labor que a simple vista puede resultar tan sencilla como encender y despegar un avión, pero que trae muchas más complicaciones.
Adaptación
Otro desafío es adaptarse a las realidades posteriores a Covid-19, pues la industria sabe que no reiniciará siendo la misma que cerró hace unas semanas, sobre todo porque los gobiernos no aceptarán el riesgo de una reinfección. “Vemos esto en las severas medidas que China ha introducido para limitar los vuelos internacionales. Ahora es más restrictivo que en el punto álgido de la crisis de Covid-19 en China”, comentó el director de la IATA.
Dijo Juniac que será necesario trabajar con los gobiernos y las autoridades sanitarias para coordinar las medidas a implementar, con especial atención en las restricciones de viaje. “Debemos aspirar a tener un enfoque más administrado y predecible de cómo se revisan estas restricciones para permitir a los gobiernos reabrir sus fronteras”, dijo Juniac.
“Parte de esto seguramente involucrará la inspección de pasajeros. Y no queremos repetir los errores cometidos después del 11 de Septiembre, cuando se impusieron muchos procesos nuevos de manera descoordinada. Terminamos con un lío de medidas apiladas unas encima de otras, y casi veinte años después, todavía estamos tratando de resolverlo”, se queja el director de la IATA.
El objetivo al que aspira la industria es tener un conjunto efectivo de prácticas estándar que se puedan implementar globalmente según sea necesario.
Mercados estimulantes
Otra área de acción está mejorar los procesos o sistemas de lo que Juniac llama Mercados Estimulantes. “Por mejor quiero decir más eficiente y menos costoso. Un buen ejemplo podrían ser las visas. Si podemos lograr que los gobiernos utilicen la tecnología de visa electrónica, podríamos reducir los costos y mejorar la eficiencia. Hacer el proceso más fácil sin comprometer la seguridad pagaría beneficios inmediatos cuando las personas regresen a viajar”, asegura.
Juniac llamó a realizar reuniones o cumbres virtuales, con la participación de gobiernos y otras partes interesadas, enfocadas a un objetivo básico: comprender lo que se necesita para volver a abrir las fronteras cerradas y acordar soluciones que puedan ponerse en práctica y escalarse de manera eficiente. “El plan es hacer esto regionalmente, construyendo hacia un resultado global. Todavía no tengo fechas específicas para compartir. Pero nuestro objetivo es comenzar a fines de abril”, finalizó Juniac.
PUBLICADO: 08 de abril de 2020