Enamorado de París, donde vivió por más de 50 años, Carlos Cruz Diez nunca dejó de ser venezolano y de hacer por Venezuela. Reconocido mundialmente como un genio del color, no hay un medio de comunicación en todo el planeta que no hable de él, pues su partida cuando ya estaba por cumplir 96 años, nos toma por sorpresa. Y es que el Maestro no dejó nunca de sorprender, tanto por su inventiva como por su lucidez y humildad.
En nuestra edición impresa de mayo-junio de 2016, escribíamos:
“Es el Maestro Carlos Cruz Diez, quien fijó el arte y la familia como los focos centrales de su vida, y supo convertir su genialidad en un negocio familiar, involucrando al núcleo en todas sus actividades creativas. Mirtha, su amor y compañera de vida hasta su partida en 2005, fue pieza clave para lograr ese equilibrio.
Hoy en día, la familia Cruz distribuida entre Venezuela, Francia y Panamá, es la encargada de manejar el patrimonio artístico del Maestro a través de 5 organizaciones: Fundación Taller Cruz-Diez; Cruz-Diez Art Foundation; Atelier Cruz-Diez; Marión Gallery y Articruz”.
Desde la redacción de PRODUCTO lo recordamos con admiración. ¡Pensar que apenas hace tres años, Carlos Cruz Diez nos entregó lo que en su momento catalogamos como “la más singular tapa de la historia” de esta revista! Ahora, al enterarnos de su partida, rememoramos con profundo agradecimiento aquel encuentro con el artista y su magia de colores. ¡Maestro: fue un honor y un privilegio el haberlo conocido! Aún hay mucho por qué recordarlo... y lo haremos.
PUBLICADO: 28 de julio de 2019