El ejercicio del periodismo es cada vez más una actividad de alto riesgo en Venezuela, y en medio del conflicto de poderes que caracteriza a la ya prolongada crisis política que vive el país, la represión y la persecución contra comunicadores y medios ha escalado, en la misma medida en que la hegemonía comunicacional chavista pierde efectividad y es incapaz de imponer su relato sobre la situación nacional.
A la ya larga lista de medios cerrados o atacados y comunicadores agredidos, amenazados y encarcelados se suma la presunta desaparición forzosa del periodista independiente estadounidense Cody Weddle (@coweddle), tras un allanamiento practicado por la DGCIM a su residencia, y la muerte violenta del periodista Alí Domínguez, quien se encontraba desaparecido desde el 28 de febrero, y apareció severamente golpeado en el Hospital "Domingo Luciani", donde falleció.
Weddle es un periodista que tiene cuatro años de residencia en Venezuela y reporta regularmente para las cadena estadounidense ABC News, la canadiense Canadian Broadcasting Corporation (CBC), The Telegraph de Londres y The Miami Herald, entre otros medios.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) pasó la alerta en su cuenta de la red social Twitter y al cierre de esta información no existía información confiable sobre el paradero de Weddle, quien, sin embargo, se presume detenido por las autoridades de contrainteligencia militar, sin que se tenga claro por qué fue objeto de un procedimiento de allanamiento ni cuál tribunal lo ordenó.
Se ha hecho frecuente la práctica de "retener" periodistas, como ocurrió con el periodista mario Peláez, jefe de información del diario margariteño El Caribazo, quien fue presentado ante una Corte Anti Terrorista por haber cruzado la frontera colombo venezolana durante los sucesos del pasado 23 de febrero, cuando la Asamblea Nacional, encabezada por el presidente Juan Guaidó, intentó pasar toneladas de ayuda humanitaria.
Hay que recordar también el caso del periodista alemán Billy Six, que permanece detenido sin que se conozca realmente cuál es su situación judicial efectiva. Igualmente, sigue preso el reportero gráfico Jesús Medina (@jesusmedinae), del portal DólarToday, a quien se la ha diferido la audiencia de presentación cinco veces y lleva más de cinco meses detenido.
Un hecho especialmente atroz es el asesinato del joven periodista Alí Domínguez, quien había sido reportado desaparecido el pasado 28 de febrero y apareció gravemente golpeado en el Hospital "Domingo Luciani" de Caracas este 5 de enero.
Según la información del canal de TV digital de noticias VPITV, el comunicador fue abandonado en el centro asistencial y pasó 15 horas sin recibir atención médica, hasta que se produjo su deceso.
Domínguez fue activista del oficialismo, pero se había decantado por el movimiento chavista disidente, después de haber hecho varias denuncias sobre presunta corrupción en la Universidad Bolivariana de Venezuela. Aparentemente, había sido amenazado por sus posiciones críticas.
Situación de alarma
El Instituto Prensa y Sociedad Capítulo Venezuela y los gremios de la comunicación en el país llevan años haciendo denuncias sobre la creciente persecución de la comunicación libre en Venezuela, pero esta situación se ha hecho más visible a escala internacional, gracias a sucesos realmente escandalosos como las detenciones de periodistas chilenos del canal TVN, junto con dos colegas venezolanos, y del periodista mexicano Jorge Ramos y su equipo de Univisión en pleno Palacio de Miraflores.
Sin embargo, los incidentes de persecución, agresiones y detenciones de periodistas, así como cierres de medios impresos y audiovisuales, ataques contra medios digitales, e incluso bloqueos de plataformas sociales se multiplican por cientos en el país, sin que exista indicio alguno de sanción contra los responsables.
PUBLICADO: 06 de marzo de 2019