El mandatario Nicolás Maduro presentó en su mensaje de memoria y cuenta ante el parlamento gubernamental, Asamblea Nacional Constituyente, una versión asombrosa del "país de las maravillas".
Sin embargo, al tipo de cambio promedio reportado en la nueva cuenta de Twitter PromedioDolarVE (@promediodolarv2), sustituta de la extinta MonitorDolarVE, el nuevo salario mínimo de BsS. 18.000 mensuales, equivalente a medio petro, representa un ingreso de apenas USD 7.
Antes de que Maduro aplicara su "factor de corrección" por segunda vez desde la reconversión monetaria, el Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas) informó que una familia necesitaba USD 600 para comprar la cesta básica (PRODUCTO: Cendas: una familia necesita USD 600 mensuales para vivir, pero la mayoría gana 5).
Si se lleva el nuevo salario mínimo a la tasa oficial del Dicom, que cerró en BsS 860 en la última subasta antes de los anuncios, el nuevo salario mínimo asciende a USD 21 mensuales. Como se puede apreciar, se trata de una mejoría ineficaz y lo que muy probablemente ocurrirá es que la devaluación del salario no se detenga.
Conviene señalar que Maduro cree que la hiperinflación es un fenómeno exclusivamente inducido por la especulación cambiaria, y por ello pone en riesgo la estabilidad del sistema financiero al establecer un encaje legal bancario de 60%.
La primera consecuencia para la Banca es una severa contracción de la liquidez, y si el crédito se contrae de manera sostenida, en algunas instituciones se comprometerá la solvencia. Para la economía, especialmente en un país cuyo PIB ha caído 52% en los últimos cuatro años, frenar el crédito es una fórmula irracional, aunque la cartera represente una mísera oferta en términos de valor real.
Maduro dijo, al resumir su gestión en 2018, algunas cosas sorprendentes:
-El desempleo en el país fue de solo 6% y, más aún, con un nivel de formalidad de 60%. ¿Cómo explicar eso si la industria opera a 20% de capacidad; la construcción se contrajo 90%; la producción agrícola también disminuyó 80% y, según estimaciones particulares, la actividad comercial disminuyó 60% en la escala de los mayoristas y 70% en los negocios al detal?
-Maduro dijo que la pobreza había seguido bajando, pero no aportó el dato; no obstante, sí dejó constancia de que la pobreza crítica fue de 4,3% y se ufanó del éxito que representa la comparación con la "IV República", cuando este indicador era superior a 30%. Curioso, porque la Encuesta Encovi -un trabajo hecho por profesionales y estudiantes de las universidades Central de Venezuela, Católica "Andrés Bello" y "Simón Bolívar"- señaló que 48% de los hogares venezolanos vivían por debajo de la línea de pobreza en 2018.
Igualmente, Maduro se ufanó del Índice Gini del país, que coloca a Venezuela como uno de los estados con menos desigualdad social en América Latina y el Caribe. El sarcasmo es obvio como respuesta: todos los venezolanos se han empobrecido en este último quinquenio, aunque casi la mitad de manera dramática.
No hubo cifras económicas, ni una referencia estadística al comportamiento del Producto Interno Bruto, ni a la hiperinflación. Como para dejarlo pasar dijo que hubo problemas, por supuesto todos causados por la ultra derecha "maltrecha" -al parecer, ya no es escuálida- y los enemigos externos: Colombia, Estados Unidos y lo que denomina el "cartel de Lima".
¿El mayor éxito? Haber destinado 74,7% del presupuesto 2018 -que no se sabe realmente a cuánto ascendió- a la inversión social. En este caso, el porcentaje es completamente irrelevante sin un monto concreto de respaldo. Por supuesto, repitió el aluvión de cifras millonarias de atención y cobertura de las misiones, también puestas en entredicho por estudios serios, entre otros de la UCAB.
Maduro reivindicó que hubo 1.000.000 de nuevos pensionados en 2018 que "no cobran una pensión de hambre como en el pasado, cuando no les llegaba ni el salario mínimo". Sin comentarios...
Por supuesto, el mandatario también reportó millonarios volúmenes de cajas CLAP repartidas y de toneladas de alimentos distribuidas, aparte del pago "religioso" a 4.530.901 pensionados, y todo eso solo con USD 4.000 millones de ingresos petroleros, cuando en 2013 el país recibió USD 42.000 millones, una caída de 90,5% que los asesores del gobernante cifraron erróneamente en 944%.
La carta a "San" Nicolás
En el mismo discurso que duró más de tres horas, Maduro también presentó los objetivos estratégicos del "Plan de la Patria 2019-2025", el cual pidió elevar a la categoría de "Ley Constitucional" a la ANC. La presentación se limitó a una enumeración de objetivos, sin aportar una sola idea de política para cumplirlos.
He aquí los más resaltantes:
-Elevar la producción petrolera a 5.000.000 de barriles diarios para 2025, una meta que debió cumplirse justamente en este año, según el Plan "Siembra Petrolera" que presentó el ex presidente Hugo Chávez en 2005, y que al parecer tendrá que esperar dos décadas para hacerse realidad.
El presidente muy enfático dijo que asumiría "personalmente" la conducción de la política petrolera para, entre otras cosas, enfrentar la corrupción que, según su criterio, es clave para explicar el deterioro productivo de la industria.
-Bajar el desempleo a 2% en procura de una situación estructural de "pleno empleo" (lo que sería todo un hallazgo para los estudios de economía), a través de la creación de 4.000.000 de fuentes de trabajo.
-Mejorar el Índice Gini de 0,75 puntos a 0,85, lo que significaría disminuir la desigualdad social en 48%.
-Reducir la pobreza extrema a 0%.
-Construir 5.000.000 de viviendas -un promedio de 833.000 unidades anuales-, las cuales serán asignadas directamente a través del sistema Patria, por lo que será obligatorio tener el carnet de la patria. La idea, dijo, es "acabar con los chanchullos".
-Cubrir a 5.500.000 pensionados, lo que significa incorporar a 1.100.000 adultos mayores al "sistema de protección".
-Cobertura de 100% a la población en edad escolar hasta la universidad, lo que significará que "un sistema público de educación de calidad" atenderá a 14.000.000 de alumnos para 2025.
-Elevar la superficie cultivada en 5.000.016 hectáreas para producir una cifra consolidada en seis años de 40.000.000 de toneladas de alimentos.
-Un plan de cobertura de servicios de salud que permita elevar la expectativa de vida al nacer de 75 años a 77.
-Y el objetivo más caro: activar 8.000 comunas.
¿Se pueden cumplir estas metas? Para muestra está el botón de la quiebra productiva de la industria petrolera y las empresas públicas. Por lo demás, este es un discurso recurrente, pues el chavismo nunca ha tenido complejos al hacer promesas.
EL CORTO PLAZO
Aparte del aumento salarial, la agenda de corto plazo de la gestión de Nicolás Maduro también se contagió de ese ejercicio de atreverse a soñar.
Planteó una misión nueva para el embellecimiento de las ciudades, y propuso diseñar planes de apoyo para reactivar a los sectores transporte y automotriz, junto con los empresarios privados, a los que convocó a "acompañarme" en varias ocasiones.
Prometió recursos para garantizar la producción agrícola -EUR 1.057 millones para sembrar 3.235.000 hectáreas- en este año, y el impulso a un nuevo sistema monetario basado en el petro, un criptoactivo con el que no se pueden hacer transacciones abiertas a escala internacional.
En resumen, tanto la puesta en escena como el discurso de Maduro tuvieron el evidente objetivo de mostrar poder y control. En todo momento insistió en que él estaba plenamente capacitado para enfrentar la crisis y que solo el chavismo era capaz de gobernar al país.
Por supuesto, el discurso no estuvo exento de dos contradicciones habituales: el doble discurso frente al empresariado, al que por un lado se convoca a dialogar y a invertir, mientras que, por el otro, se le vitupera y agrede con políticas de exacción. Lo mismo pasa con la oposición política.
El espectáculo ostentoso, con coreografía militar incluida, ya es una película repetida, de la cual la mayoría conoce el final.
PUBLICADO: 14 de enero de 2019