Las proyecciones pueden ser debatibles, pero con los resultados a la vista es difícil sostener, como lo hacen los ministros de Nicolás Maduro, que el plan de "recuperación y prosperidad económica" es un éxito.
El Centro de Documentación y Análisis Social, adscrito a la Federación Venezolana de Maestros, (Cendas) reporta que la Canasta Alimentaria Familiar costó, al cierre de septiembre, BsS 22.927, lo que implica un incremento de 96,2%. En términos concretos, la subida promedio fue de BsS 11.239.
Para comer, una familia de cinco miembros necesitó 12,7 salarios mínimos durante el mes pasado. La variación anualizada de la canasta, medida por primera vez en bolívares soberanos, fue de 85.419,6%. Hacer el cálculo con los cinco ceros que se le quitaron a la moneda sería más que lacrimógeno, morboso.
Queda claro que los venezolanos que, según el mandatario Maduro, estaban plenando los centros comerciales, restaurantes y cines gracias al aumento de más de 3.000% del ingreso mínimo, impuesto en agosto, definitivamente no pudieron hacer lo mismo en septiembre. La realidad es dura.
Si se mira el mercado del dólar paralelo o "criminal" -que no es un mercado, sino varios- se nota que la devaluación del bolívar se profundiza a pasos agigantados, incluso después que el vicepresidente del área económica, Tareck El Aissami, anunció que el gobierno inyectará EUR 2.000 millones a las subastas del Dicom en noviembre y diciembre.
Es obvio que los operadores cambiarios recibieron esta noticia con incredulidad, porque ningún economista parece suponer una vía franca para que un gobierno que enfrenta un déficit fiscal superior a 10% del PIB y con unas reservas internacionales que se ubican en poco más de USD 8.000 millones.
Algunos analistas financieros osados creen que el Ejecutivo podrá incrementar la oferta del Dicom en no más de USD 400 millones de dólares, como resultado de algunas operaciones con financistas chinos, rusos e incluso africanos a cambio de derechos sobre producción de oro y diamantes, pero esa es una historia difícil de discernir.
En todo caso, lo que se está viendo es un crecimiento más agudo de la brecha entre el dólar Dicom y el promedio de los paralelos; de hecho, el diferencial se ubica sobre 200%, una escala que se produjo en un plazo muy breve, después de un lapso durante el cual la inflación creció muy por encima de la devaluación.
Un mundo fantástico
En los considerandos de la resolución que fijó los precios de los medicamentos, el gobierno argumenta que el piso para estos convenios es que se han tomado cinco medidas que deben resultar suficientes para reactivar la economía, y las enumera:
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Exoneración temporal de los aranceles para la adquisición e importación de bienes elaborados, bienes de capital y materias primas, publicada en Gaceta Oficial N° 6.393 Extraordinario del 14 de agosto de 2018.
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Pago del diferencial del incremento salarial del sueldo mínimo a los trabajadores y trabajadoras del sector, por un lapso de noventa (90) días para mitigar el impacto del incremento salarial, a partir del primero de septiembre de 2018.
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Fijación de cambio único en divisas a través del DICOM.
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Tres subastas semanales a través del DICOM.
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Reconversión Monetaria y anclaje del Bolívar al “PETRO”.
Lo cierto es que ninguna de estas decisiones ha tenido efecto práctico alguno sobre la marcha de la economía. El empuje inicial que tuvo, en términos de aceptación pública, el aumento del salario mínimo, a pesar de sus efectos perversos sobre la actividad económica privada e, incluso, sobre las finanzas públicas, está en vías de extinción.
Lo demás es mera fantasía. ¿Qué resultado positivo ha dado que se realicen más subastas del Dicom, si los montos ofrecidos son muy bajos frente a las necesidades de los empresarios y de los particulares, en general? ¿Qué puede hacer una empresa de ámbito nacional con lo que puede conseguir en esas subastas?
¿De qué ha servido el cambio único sin oferta de divisas? La devaluación ha demostrado ser imparable. Y del anclaje del bolívar al Petro creo que no hace falta hablar.
Miren algunos datos específicos del reporte del Cendas: las Frutas y hortalizas aumentaron 132,6% en septiembre; leche, quesos y huevos, subieron una media de 111,8%; raíces, tubérculos y otros, 111,1%; carnes y sus preparados, 104,9%, incluso con los precios acordados; pescados y mariscos, 100,4%; azúcar y sal, 88,8%; cereales y productos derivados, 66,8%; café, 66,6%; granos, 28,9%; salsa y mayonesa, 25,6% y grasas y aceites, 8,6%.
El salario mínimo frente a esta canasta se ha deteriorado de manera alarmante. Según este reporte, una familia necesita BsS 764,26 diarios para comer sin lujos; es decir 39,1% del ingreso mínimo -incluido cestaticket- de un mes.
Si se asume la idea de que, en promedio, las familias reciben tres ingresos mínimos mensuales, algo como BsS. 5.850, el gasto en comida se lleva 13% de esa remuneración cada día. A este paso, los tres ingresos mínimos alcanzan, sin hacer otro gasto, para comer una semana y menos de un día.
Así es que se gobierna...
PUBLICADO: 19 de octubre de 2018