Según el Instituto de Finanzas Internacionales, la deuda en circulación es equivalente a 318% del PIB global, lo que genera la tendencia a disminuir la exposición al riesgo de los inversionistas. Algunos países, como Venezuela, y empresas podrían tener problemas para financiarse.
El entorno de negocios en el mundo, y especialmente en América Latina, se puede ver afectado por el peligroso crecimiento del endeudamiento global, que ha registrado un incremento anual de 25.000 millones de dólares, al cierre del primer trimestre del año.
Según un informe del Institute of International Finance (IIF), citado por la consultora financiera Grupo Arca, la deuda global en circulación asciende a 247.200 millones de dólares, equivalente a 318% del PIB mundial, una relación que estimula a los inversionistas a actuar con cautela.
“En un contexto de tasas de interés al alza y un dólar que se fortalece frente a sus principales socios comerciales, es natural que los inversionistas revisen sus portafolios para tratar de reducir exposición a los entes más frágiles, que son empresas y gobiernos de mercados emergentes”, señala el informe del Grupo Arca.
Otro informe proveniente de Standard & Poor´s apunta que los niveles de inversión en las economías latinoamericanas pueden verse afectados de manera importante, por las estrategias de reducción de riesgos de los capitalistas internacionales, especialmente los inversionistas institucionales.
Cuando el dinero es más costoso, es natural que los inversionistas reaccionen con cautela frente a altos niveles de apalancamiento. En economías donde las expectativas de crecimiento son regulares o negativas, se impacta el riesgo de las empresas.
Aunque muchos podrían pensar que Venezuela está fuera de este contexto por su particular situación de crisis financiera, un cuadro general de desinversión y reducción de la exposición al riesgo de gobiernos e inversionistas, sobre todo rusos y chinos –financistas preferentes de la administración de Maduro- puede crear complicaciones adicionales a la ya precaria capacidad de financiamiento del gobierno nacional.
“Lamentablemente, el incremento del endeudamiento de los mercados emergentes ha sido mayor que el crecimiento de su actividad comercial, si a esto le sumamos una importante reducción de la liquidez en dólares producto de la reciente repatriación de utilidades retenidas de las empresas estadounidenses, como consecuencia de cambios en la ley de impuestos en EE.UU., es natural esperar un aumento en la volatilidad de los mercados de deuda de países emergentes”, apunta el reporte de Arca.
El IIF calcula que el apalancamiento consolidado de las empresas no financieras en los mercados emergentes alcanza a 31.500 millones de dólares, equivalente a un preocupante 94% del PIB consolidado de este grupo de países.
Los países que muestran mayores niveles de apalancamiento financiero en América Latina en relación con su Producto Interno Bruto son: Brasil (74%), Argentina (53,7%), Colombia (53%) y México (51,5%). Chile muestra un importante crecimiento de su deuda financiera; sin embargo, mantiene una relación deuda/PIB de solo 25,2%.
Lo cierto es que esta manera de medir el impacto del endeudamiento en una economía genera debate, y no pocos economistas dirían que estos niveles de apalancamiento en relación con el PIB que muestran algunas de las principales economías de América Latina no son preocupantes, aunque sí llamativos. El problema es la tendencia alcista de sus endeudamientos.
PUBLICADO: 17 de julio de 2018