Una productora de Medellín se dio a la tarea de agrupar sus historias. El resultado: una veintena de experiencias retratadas en video en las que se muestra al mundo la crisis política, económica y social que cada día obliga a millones a emigrar del país que otrora fuera la vedette de Latinoamérica. PRODUCTO consiguió una entrevista exclusiva con sus hacedores de esta iniciativa quienes, si bien prefirieron el anonimato, contaron cómo surgió todo.
Dicen sus productores que no saben cómo o cuándo exactamente surgió el proyecto. “Suponemos que cuando en la mesa del almuerzo, en las noticias, en la tienda, en la esquina y en cada negocio de comida a donde ibas había, se hablada y se aplaudía o quejaba de la presencia de tanto venezolano en Medellín”. Y así, a golpe de inspiración, en lugar de tuitear o estar en Facebook discutiendo con todo el mundo acerca de Venezuela y su éxodo a este grupo de jóvenes se les ocurrió hacer videos “bonitos” –como ellos mismos los describen- sobre las distintas historias de la diáspora venezolana.
Los hacedores de “Chamos en Medallo” dicen a PRODUCTO preferir el anonimato, por ahora. “Somos una productora de la ciudad de Medellín. Aún no queremos decir cómo nos llamamos, pues queremos que las historias sean vistas puritas, sin una carga o sello de los creadores. Ya, pronto, cuando el documental final esté listo, sí diremos con orgullo quiénes somos y cómo lo hicimos. Por lo pronto, nos alimentamos de los comentarios que hemos recibido en las redes”.
Asimismo, el vocero de esta iniciativa refiere que esta serie de 20 historias publicadas, sobre diferentes venezolanos busca por un lado mostrar las diferentes verdades sobre la crisis del socialismo, mientras que por otro fungir como “una sencilla y humilde bienvenida a ese pequeño valle a todos los seres humanos que lo escogieron como lugar de paso o refugio”.
Sin adjetivos despectivos
Comenta el vocero de los hacedores de esta interesante iniciativa de redes sociales que lo más complicado de todo fue ponerle un nombre a la misma. “Lo queríamos llamar “Venecos en Metrallo”, pero en discusiones internas con el equipo de trabajo, nos pareció muy agresivo tanto el “veneco” como el “metrallo”. “Veneco”, depende del tono que lo hagas, se puede tratar de la forma despectiva como los colombianos llaman a los venezolanos; y “metrallo” es la forma de decirle a Medellín, ciudad de la metralla”.
Explica que fue entonces luego de una larga diatriba que dieron con “Chamos en Medallo”. “Para no ser polémicos y bautizar mal un proyecto lindo, nos decidimos por “Chamos”, la forma amistosa con la que ustedes se llaman, y “Medallo”, por ser la forma más cariñosa que tiene el “parlache” para llamar a esta ciudad tan contradictoria”.
Fue así como nació “Chamos en Medallo”, una serie documental, fotográfica y sonora de venezolanos que llegaron a Medellín y se asentaron, a pesar de las dificultades, los problemas y las tristezas de estar lejos de la tierra.
Historias tras historias
Entrar al canal YouTube, al sitio en Instagram o al Facebook de Chamos en Medallo es conectarse con historias de sobrevivencia, resistencia y esperanza. Cada una, desde la perspectiva de su protagonista, habla de una forma distinta de ver a Venezuela desde la distancia, y al exilio en la cercanía. “La primera grabación se hizo en abril 12 de 2017. Fue en el sector de Lovaina de Medellín. Allí entrevistamos a Maya y Sophia que son cantantes ambulantes. Amado –una de las historias que más comentarios ha levantado- la hicimos finalizando agosto y Los Vargas en septiembre, estás fueron la últimas entrevistas que realizamos”, acota el vocero del proyecto.
Según sus productores, “Chamos en Medallo” es un intercambio, una conexión, una simbiosis de culturas. Es la reflexión que hace el territorio que recibe a unos visitantes que aportan talento, trabajo, nuevas costumbres y sabores a la tierra de acogida.
“Chamos en Medallo es la historia de la diáspora venezolana. Un país sumido en una crisis política, económica y social que obligó a millones de sus habitantes a emigrar. Muchos llegaron a Medellín”.
Cuenta el vocero que luego de oír tantas historias de terceros, decidieron ir tras las caras de esas historias. “Comenzamos a buscar en los amigos más cercanos, datos y pistas sobre “Chamos en Medallo”, y con los primeros personajes logramos conocer otros, y estos otros a otros. Creo que lo que el producto final de todo este trabajo ha sido azar mezclado con la amistad. Y así logramos hacer un tejido tranquilo, sin el afán periodístico, sin pagarle a nadie, sin rogarle a ninguno, sin obligar a contestar de cierta manera, y como pueden ver, las historias parecen como si fueran conversaciones con amigos mientras se toman un café”.
De las ya 20 historias publicadas –microhistorias como las llaman sus productores- una de las más conmovedoras fue la del ingeniero y ahora vendedor ambulante, Amado Cegarra. “A Amado, un día lo vimos en calle mientras el semáforo cambiaba. Le sentimos el acento, y la intuición y la compleja maquinaria de la casualidad nos hizo inquietarnos por ese personaje que, entre risas y palabras, nos ofrecía “Vive 100”. Le contamos del proyecto y accedió a contarnos su historia. El día que fuimos no lo encontramos pues lo trasladaron y preguntando, llegamos a él y salió esa hermosa historia de la ya muchos hablan”.
Responsabilidad compartida
El porqué de este proyecto intriga a muchos, y a PRODUCTO sobre todo. “Hicimos este proyecto, para saldar una deuda con nuestros familiares que emigraron a Estados Unidos o Europa, quienes seguro pasaron por estas situaciones y no hubo nadie para narrar sus luchas para sobrevivir en un país extraño comenzando desde cero”.
Este grupo productor que admite tener “corazón de izquierdas”, no comulga con lo que vive Venezuela en este momento. “Somos de izquierda, pero de la izquierda que es crítica; que se pregunta qué pasa; por qué están huyendo sí todos de Venezuela, un país que desde el petróleo hasta la naturaleza, debería ser un país que brinde a sus ciudadanos las posibilidades para vivir tranquilos en un paraíso. ¿Por qué se están desbaratando como país? ¿Por qué no hay comida? ¿Por qué hay tantas protestas?”
Todas sus interrogantes fueron encontrando respuestas. Y éstas no eran respuestas acartonadas, llenas de modismos políticos o de retóricas “bolivarianas”. “Mientras íbamos entrevistando a los personajes, fuimos aprendiendo diferentes versiones de la crisis, y después de hacer grabar más de dos docenas de historias, tenemos un panorama de la crisis de una nación, y podríamos hablar como expertos, y paradójicamente no lo hacemos. Saber lo que sabemos nos ha hecho más cautos con nuestras opiniones, pues la verdad sobre Venezuela es que hay muchas verdades, y todos tienen algo de responsabilidad, y la solución están en todos”, reflexiona el vocero.
Más allá de Medellín
Los productores de “Chamos en Medallo” confiesan que este ha sido un trabajo hecho con las uñas. El proyecto no cuenta más que con el trabajo y entusiasmo del equipo que labora en él y cuyas ganancias solo pueden ser contadas en la cantidad comentarios recibidos. “No tenemos publicidad. Cero anunciantes”, aseguran.
Al preguntárseles sobre las reacciones del público y los comentarios de los que “se alimentan”, ellos dicen que en líneas generales, hasta hoy, tienen poco troles, mucho amor, y buenas energías. “Hemos tenido cosas como mamás enterándose de cómo están su hijas. Una tía que la sobrina no recuerda, pues solo se vieron cuando ella era muy chiquita, y le manda bendiciones. Un hombre que, después de muchos años, encuentra a su mejor amigo, y sabe que le va a ir bien y que pronto se verán. Familias orgullosas de sus hijos, hijos orgullosos de sus viejos. En esto se resume un poco todo.”
Sin embargo, los productores de “Chamos en Medallo” aclaran que este no es un proyecto viral, ni nada por el estilo. “Hasta ahora el video con más vistas tiene 70 mil. Sin embargo, nuestros sitios en las redes se han convertido lugares virtuales de encuentro, donde se habla de política pero como un complemento de lo que dijo el otro, no como un debate eterno y sin sentido. En resumen, esto ha sido un pequeño éxito en redes, gracias a una comunidad que vive a dentro o fuera de un gran país como Venezuela”.
Al preguntarles cuál es el próximo paso confiesan que están tratando de comenzar a grabar en otras partes del mundo con venezolanos. “Sería una suerte de contribución, que se autograben o encontrar productores en cada país. Pero como imaginan, ese proyecto es lento y sí sale, sería un lindo milagro. También, andamos trabajando, lento pero seguro, en terminar el documental en el que unimos todas estas historias. Asimismo, hemos pensado en usar las partes que no queden en el documental para crear una página web de un juego/documental para que, quien quiera ver más y más y más, pueda hacerlo”.
PUBLICADO: 07 de noviembre de 2017