El Banco Industrial de Venezuela (BIV) se ha visto en apuros varias veces a lo largo de su historia y la semana pasada se anunció su liquidación. Sus clientes y activos pasaron a cargo del Banco del Tesoro, sin embargo sus empleados (500 personas contratadas) aún no saben que pasara con ellos.
El economista Francisco Faraco señaló que la decisión de que un ente absorba al otro no es la solución para la crisis en la industria bancaria pública. “Es pasar una enfermedad terminal de una pierna a otra”, afirmó.
El BIV cuenta con diversas sedes en Nueva York, Miami y Curazao. Las sucursales extranjeras, “daban créditos en Caracas, y los liquidaban en dólares en Curazao, hasta 450 mil dólares; después los retiraban y depositaban en otros bancos para venderlos por transferencias a 103 bolívares por dólar”, reseñó Noticiero Digital.
La resolución publicada en Gaceta Oficial el pasado viernes señala que se tomó en consideración una petición de accionistas para liquidar la entidad, que fue presentada en la asamblea anual de marzo de 2015.
Dicha petición no fue la primera, porque ya en 1991 el equipo administrativo había enviado un informe con las razones de por qué se debía liquidar al BIV. Sin embargo, el documento fue rechazado, y la corrupción en la empresa creció.
Faraco indicó que “el Estado no debería poseer ningún banco” porque las entidades públicas generan perdidas y se encargan de “subsidiar a la cartera de corruptos que existe en la actualidad”, como es el caso del BIV que “alimenta 50% de esta”.
El BIV, a finales del año 2015, registraba un portafolio de crédito de 12.180.903 millones de bolívares, depósitos por 16.813.487 y una morosidad de 3,27% (la más alta del sistema nacional), según datos de la Superintendencia de Bancos.
Anteriormente, la entidad había retirado casi la totalidad de sus puntos de venta para tarjetas de débito en los comercios. En diciembre de 2014 poseía 458 puntos y para 2015 ya solo tenía 9, según datos del Banco Central de Venezuela. La cantidad de cajeros también bajó de 176 a 121 durante el mismo lapso.
El ente bancario fue fundado en 1937 con 60% de capital del Estado y 40% privado. Esa proporción cambio en 1974 cuando pasó a formar parte de las empresas del Estado, y desde ese momento empezó la corrupción interna, la cual según Faraco “terminará el día que liquiden toda la banca pública”.
PUBLICADO: 17 de febrero de 2016