Una de las medidas económicas adoptada por el Gobierno de Nicolás Maduro ha sido la de controlar la venta de productos básicos, para lo cual se recurrió a la fijación de cantidades máximas por persona, a la limitación de comprar un día de la semana específico según el número terminal de la cédula de identidad y a la aplicación de captahuellas. Ahora el propio Gobierno informa que ha decidido eliminar la restricción de ventas por número de cédula, decisión que se hará efectiva próximamente.
La aplicación de estas restricciones generó incomodidad en la población y el rechazo por parte de analistas y representantes del sector privado, debido a que la estrategia no venía a resolver el problema económico de fondo sino a distorsionar aun más la situación del mercado. No obstante estas posiciones, el Ejecutivo se mantuvo firme en la aplicación de estos sistemas a lo largo de 2015.
Pero las razones para ahora levantar la restricción no responden a los criterios que argumentaban los detractores de la política. Según lo declarado esta semana por el ministro de Alimentación, Carlos Osorio, la decisión del Ejecutivo responde a que “hay irresponsables que aplicaban la venta por número de cédula solo a productos básicos, esa no era la instrucción y por eso en los próximos días la medida va a desaparecer”.
“Como quieren causarle intranquilidad al pueblo, hasta para pedir un vaso de agua le piden el número de cédula, esa no fue la instrucción que nosotros dimos”, señaló.
En noviembre de 2014 el propio ministro Osorio declaró a Venezolana de Televisión con motivo de la activación del control de ventas por cédula de identidad: “De corazón no quisiéramos aplicarlo, porque sabemos que el acceso a los productos alimenticios es algo de primera necesidad, pero ante este tipo de irregularidades, de algunos que quieren llevarse los productos a revenderlos, nosotros tenemos que poner mecanismos de control para proteger al pueblo y ese trabajo lo seguiremos haciendo”.
Correr la arruga
En el último trimestre de 2014 ya el Gobierno adelantaba gestiones para aplicar también el sistema biométrico en los puntos de venta como una forma de control del consumo de los rubros básicos y, así, limitar las prácticas del contrabando y el bachaqueo.
Las voces críticas ante estas medidas apuntaban a que las distorsiones en los controles, de cambio y de precios, han terminado por reflejarse en una menor oferta de productos, lo que a su vez se ha traducido en niveles históricos de desabastecimiento y de inflación.
Recientes estudios de Datanálisis muestran que para mayo de este año el nivel de escasez en Caracas era de 60,7%. Además, 87,4% de los encuestados mencionó que experimenta “racionamiento” o la restricción en la cantidad de productos básicos a la hora de comprar.
La nueva presidenta de Consecomercio, Cipriana Ramos, reaccionó ante el nuevo anuncio de Osorio. A su juicio, “todo va a seguir igual con las colas, con número de cédula o sin número de cédula, porque el problema es que no hay”.
En declaraciones a Unión Radio señaló que “no es eliminar, no es obligar, es abastecer, si tenemos los productos, si los anaqueles están llenos, si el país está produciendo, si importamos lo que no producimos, no vamos a tener este tipo de problemas”.
PUBLICADO: 17 de junio de 2015