Mientras escribía este artículo el presidente Nicolás Maduro reconoció, a través de su programa radial En Contacto con Maduro y de su cuenta en Twitter, que el país enfrenta dificultades económicas “severas”.
“¿Quién duda que hay dificultades económicas severas? Nadie puede dudarlo. Las dificultades y los obstáculos son los que prueban el temple de los pueblos”, expresó.
Pues sí, todavía hay gente que no tiene clara la magnitud del problema económico en el que estamos inmersos; no nos referimos a frías y, a veces crípticas, cifras macroeconómicas, sino al impacto que tiene el problema económico en la vida cotidiana de la gente, de los venezolanos, así como de la repercusión política de este problema.
Según las cifras de junio de Perfil 21, el estudio que realiza con frecuencia trimestral Consultores 21 desde hace 30 años (2000 casos interrogados en hogares, de una muestra urbano-rural con un margen de error de +/- 2,24% y con campo durante la segunda y tercera semana de junio), para 55,3% de los venezolanos el problema más importante del país es de índole económico, lo cual es más que la suma de la importancia atribuida a los problemas políticos (22,4%) y sociales (20,7%). Durante el gobierno de Nicolás Maduro esta cifra ha crecido 22% en términos relativos y es el punto más alto para este indicador desde hace más de 15 años.
Para el venezolano, lo económico se concreta en la escasez, el alto costo de vida (o la inflación) y el desempleo. Estos tres no sólo se reconocen como problemas sino que el venezolano los constata en su día a día personal y familiar. Pero hay más.
Para 3 de cada 4 venezolanos el bolívar se ha debilitado durante la gestión de gobierno de Nicolás Maduro y no tienen expectativas de que se fortalezca en el futuro. También estamos convencidos de que la escasez se seguirá agravando (60,2%), y es que ocho de cada diez de nosotros hemos tenido que hacer cola para lograr conseguir algún producto que necesitamos. Tal vez con todo esto se entienda mejor por qué para 55% de los venezolanos, los próximos seis meses no serán tan favorables como en el pasado para comprar algo.
El 62,7% de los venezolanos le asigna en general la culpa al presidente Maduro de los problemas que les afectan, pero cuando se refieren específicamente a dificultades de índole económica esta culpabilidad crece hasta 69,3%. Es decir, que Maduro es no sólo el principalísimo culpable, sino que en términos relativos es 10% más culpable de aquello que afecta nuestro bolsillo que de la culpa promedio que se le achaca en problemas como la inseguridad, la política, la falta de vivienda, la salud, etc. No sólo Maduro es el culpable de lo que pasa, sino que cada vez son más los venezolanos que piensan que las medidas económicas que está tomando el gobierno harán que empeore la situación. Esta convicción ha pasado de 42,7% a comienzos de su mandato a ser una certeza para el 56,5% hoy.
El crecimiento de tal cúmulo de percepciones no está siendo compensado con medidas redistributivas desde el gobierno, ya que cada vez es menor el número de venezolanos que declara recibir ayudas de algún tipo (15,6%) de parte del Gobierno Nacional (cuando era 26% el que recibía algo cuando Maduro tomó posesión de su cargo).
En definitiva, los venezolanos nos estamos empobreciendo a pasos agigantados. Ese empobrecimiento no es sólo macroeconómico, en las cuentas nacionales y por ende sujeto de discusiones entre especialistas, sino que se evidencia en nuestra economía personal y familiar con absoluta contundencia, diariamente, en cada acto de consumo y en cualquier aspecto de nuestras vidas. No es una percepción localizada en determinada clase social, región del país, o sector de población. Las magnitudes de las que venimos hablando no sólo son las percepciones de los opositores al Gobierno.
En esos números están amalgamados,
en una sola masa poblacional, venezolanos de cualquier tendencia o posicionamiento político.
En sociología se conoce por Teorema de Thomas al aserto que dice: si los hombres definen las situaciones como reales, son reales en su consecuencia. Este gobierno que es la continuación de una misma política que ya lleva 15 años negando la realidad de estas percepciones ya no puede lidiar con sus consecuencias.
Dice Maduro que las dificultades y los obstáculos son los que prueban el temple de los pueblos. A la luz de estos datos, esa frase suena a pedido de clemencia.
PUBLICADO: 08 de octubre de 2014