Jesús Abreu Anselmi, ya despacha desde su nueva oficina en El Universal, aunque formalmente asumirá el cargo el próximo lunes. Aún no hay detalles sobre los rostros que están detrás del grupo español que se creó exclusivamente para concretar la compra, pero Anselmi le aseguró a los empleados que no hay vínculo con el gobierno. "Se trata de empresarios ligados a la industria gráfica, pero no estamos autorizados para dar más detalles", dijo.
Abreu Anselmi no ofrecerá declaraciones a medios hasta tanto no asuma su cargo. A propósito, este jueves las expectativas de todos (periodistas y público en general) se desbordaron. "Las redes sociales influyeron negativamente en el caso", aseguró Elides Rojas, Jefe de Redacción del diario. Para calmar los ánimos, y antes de las reuniones de hoy, a los periodistas y trabajadores de otras áreas se les informó que no hay planes de despido. Se les prometió continuar con la política editorial que caracteriza a El Universal. Rojas informó que Abreu Anselmi pidió al tren gerencial que se quedara.
Para Miguel Henrique Otero, editor del diario El Nacional, resulta extraña la especie de los compradores foráneos: "Dadas las condiciones de Venezuela, un país quebrado, ningún consorcio extranjero va a venir a invertir". Otero asegura que ese negocio no vale 90 millones de euros y menos 140 millones, otra cifra que ha saltado a la palestra como monto final de la transacción. Intuye también que detrás de esto hay una "mampara" del gobierno.
El presidente del Bloque Venezolano de Prensa y director de El Correo del Caroní, David Natera, coincide con Otero, y va más allá. "En esta operación pierde el pueblo de Venezuela, la libertad de expresión y de información, que son dos derechos consagrados en la Constitución Nacional". Considera como gravísimo para el país y para las instituciones lo que está sucediendo con los medios de comunicación. "Me había negado a creer el rumor de la compra-venta de El Universal, y lo único que sé es que la dignidad no se negocia. En el caso del diario que dirijo, la tradición no tiene precio y la filosofía no se vende", enfatizó.
Tamoa Calzadilla, ex jefa de la Unidad de Investigación de la redacción Única de la Cadena Capriles y quien renunció al medio luego del sonado caso de censura al trabajo de la periodista Laura Weffer sobre las guarimbas en Venezuela, cree que la venta del diario responde a una estrategia de control hegemónico de los medios nacionales y que al igual que en los casos de la Cadena y Globovisión, la promesa de mantener la línea editorial intacta no será cumplida. “Es un libreto que está siguiendo y es exactamente igual a los otros casos. Primero se maneja un secretismo que dura meses, rumores, se concreta la venta y la primera promesa es de que no se va a cambiar nada pero colocan directores y presidentes que generan mucha incertidumbre en la redacción y luego comienzan a hacer los primeros cambios. Hay gente que lo aguanta, otros que no y allí es cuando empiezan las estampidas de periodistas”.
Por su parte, la periodista Milagros Socorro, considera que aún es pronto para llegar a la misma conclusión que argumenta Calzadilla, pero si ve indicios de que pueda ocurrir lo mismo. “No podemos hablar a futuro pero el hecho más sólido que tenemos para prever lo que va a ocurrir con El Universal, es lo que ha ocurrido con Globovisión y la Cadena Capriles, este último caso es todavía peor porque no sabemos quiénes son los dueños. La supuesta empresa inglesa se convierte ahora en un grupo español. La deriva es una compra hecha entre gallos y media noche, donde no sabemos quién es el dueño pero pronto vemos que es el Gobierno, porque se produce un cambio en la línea editorial y el medio se convierte en un vector más de propaganda oficial. No podemos decir que va ocurrir los mismo, pero la primera fase es idéntica a la de la Cadena Capriles”.
El Universal tiene reservas de papel hasta fin de mes, aunque están haciendo los trámites para solventar el caso.
PUBLICADO: 04 de julio de 2014