En lo que va de 2014 la oferta de asientos para vuelos internacionales desde Venezuela ha disminuido un promedio de 40 %. La firma de los primeros acuerdos de pago entre el Estado y diversas aerolíneas internacionales para repatriar los 4 mil 200 millones de dólares que a la fecha se le adeudan al sector, supone un avance, pero no se trata de la primera vez en la que el Gobierno se sienta en la misma mesa con las empresas de aviación para buscar un acuerdo que permita regularizar los pagos, aunque nunca se ha concretado una respuesta formal y la posibilidad de llegar a una solución definitiva sigue en entredicho.
Descuento unilateral
De los 4 mil 200 millones de dólares que se adeudan, el Gobierno solo planea cancelar 3 mil 100 millones, informó el ministro de Transporte Acuático y Aéreo, Hebert García Plaza. Señala que la decisión se tomó luego de un proceso de auditoría. Al respecto, el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (Alav), Humberto Figuera, comenta que las aerolíneas no fueron participes de ese proceso: “Desconocemos cuáles fueron los criterios y el método escogido para realizar los ajustes. Hay líneas aéreas que han pedido que se les informe, pero no se les ha dado la opción de sentarse y discutir esa supuesta auditoría”.
La propuesta de pagos incluye un primer giro de contado y la cancelación del resto de la deuda en seis partes que serán abonadas de forma semestral, por lo que no será hasta 2016 cuando se honre por completo el compromiso asumido.
Según el presidente de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), Tony Tyler, las grandes aerolíneas no están dispuestas a acceder a los acuerdos en esos términos, ya que supondría pérdidas que en algunos casos llegan al 30 %.
La confianza es fundamental
El presidente de Alav es cauteloso sobre el resultado de los acuerdos firmados. “No es que paguen hoy la primera cuota y la segunda que tocaría dentro de seis meses llegue dentro de dos años. En la medida en que se vea que hay un cumplimiento, en esa medida también se va a generar confianza”, explica.
Sobre la posibilidad de que las nuevas negociaciones se queden el terreno y los plazos de pago no se cumplan, Figuera prefiere no inferir. “No me gusta el terreno de las hipótesis negativas porque soy extremadamente optimista y creo que en esa oportunidad el Gobierno debe entender que tiene que honrar los acuerdos”.
PUBLICADO: 04 de junio de 2014