Glorias del balompié reviven en una estupenda cuña uruguaya de cerveza que, por esas cosas del destino, vio la luz poco antes que unos jueces incompetentes –sospechosos de toda sospecha—le birlaran hace 2 días el triunfo a Uruguay en las eliminatorias mundialistas.
A la selección uruguaya de fútbol que pretende clasificar para Qatar 2022 le va mejor con el bar que con el VAR. Lo demuestra la campaña en TV y redes de la cerveza Pilsen (patrocinante de esa selección) que fue al aire justo antes del partido entre Uruguay y Paraguay, jugado en Montevideo el jueves 3 de junio próximo pasado, y en el cual una componenda de los árbitros de cancha y los del VAR (Video Assitant Referee) le birló el triunfo a Uruguay.
Ellos anularon absurdamente un gol legítimo. Error tan flagrante que la Conmebol suspendió por tiempo indefinido al juez de línea Miguel Roldán y al del VAR Nicolás Gallo, ambos colombianos. El empate en cero compromete la clasificación uruguaya.
La cuña, en cambio, compromete a los fanáticos con la cerveza Pilsen en una historia de 80 segundos, donde un joven, a minutos de un partido y en una horrible noche de tormenta, entra a comprar unas cervezas en un supermercado solitario. Y va directo hacia el escaparate de ofertas con las marcas más baratas, cuando una voz anónima le interpela: “Pero… ¿Qué vas a hacer? Tenemos 15 copas América tomando Pilsen y vas a cambiar por unos pesos ?”.
Enseguida la voz lo amenaza con distintos tonos in crescendo: “¡Mirá si te viera el Ruso?.... Mirá si te viera el Cacha… Y si te viera el Chengue… Y ni te digo si te viera el Canario”. El joven, aterrorizado, ve asomarse como grotescos fantasmas, entre las góndolas y pasillos del súper, las caras hostiles, descompuestas, de Diego Pérez (el Ruso), Edigio Arévalo Ríos (el Cacha), Richard Morales (el Chengue) y Pablo García (el Canario). Todos estrellas del fútbol uruguayo e históricos integrantes de la selección. Por fin el joven se repone de la pesadilla frente a la góndola de Pilsen. Con la cara llena de luz monta media docena de botellas en su carrito.
Cuando llega a la caja, la intimidante voz del terror se corporiza en una cordial ama de casa que muy sonriente le dice: “Viste como es, hay que aprovechar que las Pilsen bajaron a 29 pesos para alentar a Uruguay”. Y lo despide: “Cuidate”. El joven sale del super y en la puerta se cruza de frente con el Chengue Morales que lo mira con displicente sonrisa. Cierra el slogan de Pilsen: “Nuestra cerveza”.
Pilsen es líder en Uruguay por lejos, seguida de Patricia y Stella Artois, todas marcas elaboradas por Fabricas Nacionales de Cerveza (FNC): un conglomerado creado en 1998 por los más importantes cerveceros, cuya historia se remonta a finales de 1800.
El mercado en 2019 orillaba los 105 millones de litros/año, pero decayó casi 40 por ciento por la pandemia. Más de 70 % era de marcas nacionales y casi 30 % importadas. Entre ellas la belga Stella Artois, que llegaba desde Argentina, producida por Quilmes, del gigante trasnacional AB InBev. Pero hoy ya FNC la elabora en Uruguay.
Un país donde se respira fútbol, como en Argentina o Brasil. Por eso muchos fanáticos hablan hoy con desconsuelo del gol anulado y los puntos perdidos. Y le mentan la madre a los jueces y al VAR, tal vez sentados en un bar, tomando cerveza y recordando a los héroes de ayer que en la cuña, atraídos por una voz inquisitorial, asoman como fantasmas para lograr que el protagonista compre Pilsen en nombre de la historia.
PUBLICADO: 05 de junio de 2021